Nora Iniesta, la artista de los colores patrios y los objetos retro

En el MacSur, en Lanús, se exhibe una retrospectiva de 130 dibujos, collages y pinturas. Trabaja con juguetes, cotillón, medallas, figuritas, dados y fichines, en apelación directa a la memoria emotiva nacional.

En el sur, donde Nora Iniesta comenzó a despuntar el hobby de la pintura, se presenta una retrospectiva de su extensa y variada carrera artística que comenzó en Lomas de Zamora y continúa al día de hoy, en un loft de San Telmo donde se encuentra su atelier.

El Museo de Arte Contemporáneo del Sur, la institución dependiente de la municipalidad de Lanús, presenta 'Retrospectiva', un recorrido por obras de la artista que van desde sus tempranos trabajos en la escuela primaria hasta la actualidad. 

El nombre de Iniesta se asocia con los colores patrios, el celeste y blanco de las insignias nacionales al que ha echado mano en reiteradas oportunidades para sus composiciones. El blanco y rojo son sus colores personales: el primero por su tez y el segundo por el intenso color de su cabello lacio y largo. En la muestra de MacSur, la curadora Olga Correa revela con su selección de obras la paleta completa que la artista utiliza en sus producciones, de todo tipo y soporte, desde sus dibujos escolares hasta sus más recientes trabajos.

"La idea era correrla de los colores tan representativos de ella", describe Correa en diálogo con un grupo de periodistas e invitados que la propia Iniesta escoltó desde su taller porteño hasta Lanús. La institución, de apenas tres años de vida, posee un pequeño acervo de 10 obras entre las cuales se encuentra un Iniesta. 

En el joven museo, una foto de una niña Iniesta disfrazada para los carnavales abre la exhibición. La referencia temporal no es menor porque ahí, apenas se ingresa a la sala, se exhiben algunos premios que recibió por sus dibujos a temprana edad. Son paisajes de puertos o efemérides patrias que realizó con apenas 11 años y que la curadora eligió mostrar a la par de sus más consagrados trabajos.

Iniesta ha trabajado a lo largo de su carrera con pequeños objetos de aparente irrelevancia que encuentra en su camino. Juguetes, cotillón, medallas, figuritas, dados, fichines de bingo se resignifican al incorporarse a sus collages; se cargan de nostalgia, de una idiosincrasia argentina que excede la apelación a los colores de la bandera nacional, y se convierten en kermese, brillos y canutillos.

Entre las 130 obras escogidas a lo largo de 6 meses se destacan aquellas que se alejan de la norma Iniesta. Pueden ser óleos expresionistas o esculturas de mármol minimalistas en una paleta de grises. Hay, además, objetos, pinturas y collages en los que, vistos en conjunto, se distingue el toque de la artista. Iniesta es naif y potente al mismo tiempo: propone un regreso a tiempos felices que parecen perdidos, pero que no esta de más recordar siempre.

 

"Retrospectiva" de Nora Iniesta se exhibe en MacSur, Av. 25 de mayo 131, Lanús Oeste, hasta el 4 de octubre. 

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