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El mundo atraviesa un escenario de inestabilidad creciente, marcado por tensiones entre las principales potencias militares, disputas territoriales sin resolver y una carrera armamentista que vuelve a poner en primer plano la amenaza nuclear. Los analistas advierten que una chispa en cualquier frente podría ser suficiente para desatar una Tercera Guerra Mundial, con consecuencias imprevisibles para la seguridad internacional y el futuro de la humanidad.

En este contexto, el Reino Unido puso en marca el ambicioso programa Fleet Solid Support (FSS), destinado a dotar a la Royal Navy de buques logísticos de última generación que aseguren el abastecimiento constante de sus grupos de combate en alta mar.

Una potencia militar construirá tres buques y amenaza con dominar el mundo

El programa Fleet Solid Support (FSS) contempla la construcción de al menos tres buques FSS, con entregas previstas hacia finales de esta década. Cada embarcación tendrá capacidad para transportar miles de toneladas de municiones, repuestos y víveres, además de sistemas automatizados que permitirán una transferencia más rápida y segura a las unidades de combate.

En términos estratégicos, esto asegura que la Royal Navy pueda mantener despliegues prolongados sin depender de bases cercanas, una ventaja decisiva en escenarios de guerra global.

Estos barcos, cuya construcción está a cargo del consorcio Team Resolute, se perfilan como un elemento clave para el sostenimiento de operaciones navales de largo alcance, garantizando que portaaviones y unidades de superficie cuenten con municiones, combustible y suministros en cualquier parte del mundo.

Ni Estados Unidos ni China: esta será la flota más poderosa de la Tercera Guerra Mundial

En un contexto de alta tensión internacional, donde la hipótesis de un conflicto de gran escala vuelve a estar presente, el FSS otorga al Reino Unido una capacidad de resiliencia naval que refuerza la disuasión dentro de la OTAN. En caso de una Tercera Guerra Mundial, la logística sería un factor tan crucial como la potencia de fuego: ejércitos y flotas incapaces de reabastecerse verían limitada su acción en cuestión de días.

Con los FSS, Londres se asegura de que sus portaaviones -como el HMS Queen Elizabeth y el HMS Prince of Wales- puedan operar de manera sostenida junto a las fuerzas aliadas, incluso en teatros lejanos como el Indo-Pacífico.