Encuentran una base secreta de Estados Unidos con 600 misiles nucleares
Científicos descubrieron una base oculta de EE.UU. en Groenlandia que puede liberar contaminantes radiactivos y tóxicos.
Un sorprendente hallazgo ha dejado perplejos a científicos de la NASA: durante un vuelo rutinario sobre Groenlandia, destinado a medir el grosor del hielo ártico, se toparon con las ruinas de Camp Century, una base secreta construida por los Estados Unidos durante la Guerra Fría.
Esta instalación, enterrada bajo 30 metros de hielo, no solo es un vestigio histórico de la tensión militar de esa época, sino que representa una amenaza medioambiental de proporciones alarmantes.
La base secreta de Estados Unidos con misiles nucleares
Construida entre 1959 y 1960 por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU., Camp Century fue diseñada como una instalación subterránea para albergar hasta 200 soldados y, lo más impactante, como un almacén de 600 misiles nucleares. Los científicos que descubrieron las ruinas bajo el hielo revelaron que la base contaba con una red de túneles de 3 kilómetros de longitud, lo que le permitía operar de manera independiente durante todo el año, alimentada por un reactor nuclear.
A pesar de su avanzado diseño y su importancia estratégica, la base fue abandonada en 1967, tras solo ocho años de funcionamiento. Sin embargo, lo que se dejó atrás fue un legado mucho más problemático: miles de toneladas de residuos nucleares y tóxicos, incluidos 200.000 litros de combustibles fósiles y 24 millones de litros de desechos líquidos, como aguas residuales y sustancias radiactivas.
El peligro ambiental de la base secreta con armas nucleares
El deshielo acelerado de Groenlandia ha puesto en peligro este depósito de residuos. Desde 1978, las plataformas de hielo han perdido aproximadamente un 35% de su volumen, lo que podría hacer que los contaminantes almacenados en el interior de Camp Century salgan a la superficie.
Este proceso de deshielo no solo está exponiendo los residuos tóxicos de la base, sino que también contribuye al aumento del nivel del mar, creando un desafío medioambiental doble para el planeta.
La base militar de Camp Century es solo un ejemplo de cómo el legado de la Guerra Fría sigue afectando al mundo actual. Con el cambio climático como un factor acelerante, el deshielo de Groenlandia no solo pone en riesgo los ecosistemas locales, sino que también puede liberar contaminantes radiactivos y tóxicos que amenazan la salud global.