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La política migratoria de Estados Unidos volvió a ocupar el centro del debate tras un mensaje contundente lanzado desde la frontera sur.
Tom Homan, principal referente de la estrategia fronteriza de la Casa Blanca y conocido como el “zar de la frontera”, instó públicamente a los inmigrantes que permanecen de forma ilegal en el país a abandonar el territorio estadounidense de manera voluntaria.
El pronunciamiento se realizó en San Diego, a pocos metros del muro fronterizo con México, en un escenario cuidadosamente elegido para reforzar el mensaje político y simbólico de la administración.
“Váyanse ahora o enfrentarán consecuencias legales”
Durante su intervención, Homan fue tajante al advertir que quienes no abandonen el país por cuenta propia serán localizados y deportados. Según explicó, permanecer en situación irregular podría derivar en impedimentos legales permanentes para regresar a Estados Unidos mediante vías formales.

Desde la Casa Blanca sostienen que la salida voluntaria es presentada como la “opción más humana”, ya que evitaría procesos judiciales prolongados, detenciones y sanciones migratorias más severas.
Récord de deportaciones y “frontera segura”
Acompañado por el comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), Rodney S. Scott, Homan defendió los resultados obtenidos al cierre de 2025. Según cifras oficiales, más de 600.000 personas fueron deportadas en lo que va del año.
El funcionario aseguró que el país atraviesa lo que definió como “la frontera más segura de la historia”, destacando una reducción sostenida de cruces irregulares y un mayor control territorial en los principales puntos de ingreso.
Homan apuntó contra Duro las ciudades santuario
Uno de los momentos más tensos del discurso estuvo dirigido a las ciudades santuario, jurisdicciones que limitan su cooperación con las autoridades federales de inmigración. Para Homan, estas políticas no solo dificultan los operativos, sino que también ponen en riesgo la seguridad pública.
Desde el gobierno federal afirman que la falta de colaboración local ralentiza las deportaciones y genera “zonas grises” donde, según su visión, se debilita la aplicación de la ley migratoria.













