

En un contexto de inflación persistente y precios récord para alimentos, medicinas y servicios básicos, un grupo de senadores demócratas busca aumentar la jubilación para millones de beneficiarios en Estados Unidos. La iniciativa apunta a ofrecer un alivio inmediato ante el encarecimiento que golpea con mayor fuerza a los adultos mayores, quienes dependen en gran parte del Seguro Social para sostener sus gastos esenciales.
Aunque el proyecto enfrenta un clima político adverso en un Congreso dividido, su presentación reactivó el debate sobre la suficiencia de los beneficios actuales. La mayoría de los jubilados recibe montos que no siguen el ritmo de la inflación, mientras organizaciones especializadas advierten que más del 70% de los adultos mayores depende del Seguro Social como principal fuente de ingresos.
Aumento para jubilados y pensionados: ¿qué pasará con el proyecto?
El plan, denominado Social Security Emergency Inflation Relief Act, propone sumar 200 dólares mensuales a los pagos de jubilados y beneficiarios del Seguro Social hasta julio de 2026. El refuerzo alcanzaría a quienes reciben SSI, pensiones ferroviarias, compensaciones por discapacidad para veteranos y pensiones para veteranos.

La senadora Elizabeth Warren respaldó el incremento al afirmar que los adultos mayores atraviesan precios “cada vez más altos” y necesitan un alivio inmediato.
Sin embargo, las probabilidades de aprobación son bajas: el Senado permanece bajo control republicano y la iniciativa enfrenta resistencia por su impacto fiscal. En paralelo, la Administración del Seguro Social confirmó que los beneficios aumentarán 2.8% en 2026 por el ajuste anual del COLA, un incremento que demócratas como Chuck Schumer consideran insuficiente frente a la inflación real.
Nuevo aumento para jubilados: un debate que toma fuerza
El impulso legislativo incluye un segundo proyecto: el Boosting Benefits and COLAs for Seniors Act, que pretende modificar la forma en que se calcula el ajuste anual del Seguro Social. La propuesta busca reemplazar el índice actual —basado en patrones de gasto de trabajadores urbanos jóvenes— por uno centrado en el consumo de personas de 62 años o más.

La senadora Kirsten Gillibrand defiende este cambio al sostener que los estadounidenses deben “retirarse con dignidad”, no apenas sobrevivir.
Según datos recientes, el beneficio promedio de retiro se ubicó en 2008 dólares en agosto, mientras un estudio de Senior Citizens League reveló que 73% de los adultos mayores depende del Seguro Social para más de la mitad de sus ingresos. Para especialistas y legisladores demócratas, adaptar el COLA al gasto real —en especial al costo creciente de salud y medicamentos— podría marcar la diferencia entre estabilidad y vulnerabilidad económica para millones de jubilados.











