

Un nuevo estudio global pone la rivalidad entre las dos economías más grandes del mundo en el centro de la escena: revela que, a pesar de liderar el gasto mundial en salud, Estados Unidos pierde 6,2 años de vida saludable respecto a lo que podría alcanzar con su presupuesto sanitario, mientras que China es el único país que, según los datos de 2022, no presenta ineficiencia.
La investigación, publicada en The Lancet Global Health y financiada por la Fundación Bill y Melinda Gates, analizó datos de 201 países entre 1995 y 2022 para medir la eficiencia del gasto en salud de cada uno.
El informe calculó cuántos años de vida saludable se "pierden" en cada país por no convertir el gasto en resultados óptimos. En este contexto, el estudio define "vida saludable" como la cantidad de años que una persona puede esperar vivir en buen estado de salud, es decir, sin enfermedades o discapacidades graves. Este indicador combina tanto la esperanza de vida como la calidad de vida, y refleja los años vividos con buena salud.
En 2022, el promedio global de ineficiencia fue de 3,3 años de vida saludable por persona; sin embargo, en EE.UU. la cifra se elevó a 6,2 años, y en China fue de cero.
"Algunos de los factores asociados con un gasto más eficiente incluyeron altas tasas de vacunación y uso de atención prenatal, bajos niveles de corrupción gubernamental y un alto porcentaje del gasto en salud proveniente del gobierno en lugar de seguros privados o pagos de bolsillo", señaló a El Cronista la autora principal, Dra. Amy Lastuka, del Instituto de Métricas de Salud de la Universidad de Washington.

¿Por qué Estados Unidos pierde 6,2 años de vida saludable frente a China?
De acuerdo con el informe, Estados Unidos es el país con el gasto per cápita en salud más alto del mundo, pero muestra una ineficiencia de 6,2 años de vida saludable respecto al máximo que podría alcanzar su población. China, en cambio, es el único país que no presenta ineficiencia medible en 2022.
La ineficiencia sanitaria, según el estudio, equivale a la diferencia entre los años de vida saludable que un país podría alcanzar, dados sus recursos, y los años efectivamente obtenidos. El indicador se conoce como health-adjusted life-years (HALE).
| Países más ineficientes en salud (2022) | |
|---|---|
| País | Años de vida saludable perdidos (HALE) |
| Nauru | 13,3 |
| Guinea Ecuatorial | 12,7 |
| Esuatini | 12,3 |
| Sudán del Sur | 11,9 |
| Lesoto | 11,9 |
| República Centroafricana | 11,8 |
| Somalia | 11,4 |
| Chad | 10,9 |
| Sudán | 10,8 |
| Papúa Nueva Guinea | 10,7 |
| ... | ... |
| Estados Unidos | 6,2 |
| Promedio mundial | 3,3 |
| China | 0,0 |
La Dra. Lastuka detalla que, en el caso de Estados Unidos, existen muchas hipótesis sobre las razones de su menor eficiencia, aunque no todas pudieron ser evaluadas en el estudio. Según la investigadora, algunas de esas incluyen:
- los altos costos administrativos
- las bajas tasas de cobertura de seguros
- la inversión en atención curativa en lugar de preventiva
- los precios elevados
- un gran gasto en investigación y desarrollo que beneficia mucho más allá de Estados Unidos
- la dependencia del sector privado para parte de la vida y de los sistemas de seguro público para los últimos años.

China vs. EE.UU. ¿Qué factores explican la eficiencia en salud según el estudio?
Si bien el estudio no evalúa políticas específicas en China, vincula la eficiencia con factores como tasas altas de vacunación, uso generalizado de cuidados prenatales, mayor porcentaje de financiamiento público y buena gobernanza.
Para mejorar la eficiencia, la autora principal recomienda invertir en prevención, ampliar la cobertura pública y reducir la desigualdad. Además, el estudio también identificó la desigualdad educativa como un factor directamente asociado a mayor ineficiencia.
"Utilizamos la desigualdad educativa como medida de la desigualdad, y encontramos una fuerte asociación entre la desigualdad y la ineficiencia del gasto en salud", explica la Dra. Lastuka. "Este hallazgo indica que todos los países podrían lograr un uso más eficiente de sus recursos sanitarios si logran abordar la desigualdad".
La comparación entre países muestra que la eficiencia sanitaria no depende solo de cuánto se invierte, sino también de cómo se distribuyen los recursos y del contexto social y político de cada nación. Queda por ver si en los próximos años las grandes economías lograrán achicar la brecha de años de vida saludable perdidos o si este desafío continuará creciendo.











