

El Servicio de Impuestos Internos (IRS) es el nuevo blanco de los recortes a organismos estatales impulsados por Elon Musk como titular del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) y asesor estrella del presidente Donald Trump.
El pasado viernes 4 de abril comenzaron los despidos de personal en el ente recaudador federal, con algunas oficinas reduciendo hasta el 75% de su fuerza laboral. Se estima que los recortes alcancen un 25% de la totalidad de la agencia.
La Casa Blanca sostiene que busca mayor eficiencia, pero exfuncionarios del organismo advierten que esta decisión podría derivar en graves demoras en el procesamiento de reembolsos y auditorías en plena temporada de impuestos.

¿Qué implica la reforma impulsada por Elon Musk?
El primer grupo que verá reducciones en su fuerza laboral es la Oficina de Derechos Civiles, antes conocida como Oficina de Equidad, Diversidad e Inclusión. Se despedirá al 75% de sus trabajadores y la misma será eliminada, derivando a los empleados restantes a la Oficina del Asesor Jurídico.
Si bien se desconocen más detalles por el momento, otras áreas del organismo también se verán afectadas. A su vez, el plan de reestructuración incluye retiros voluntarios que comenzará a ofrecer incentivos para quienes acepten jubilarse antes de tiempo.
La gestión de Trump afirma que la decisión actuará como una corrección a las contrataciones masivas del gobierno del demócrata Joe Biden, y que habrá mejoras tecnológicas para sostener el funcionamiento durante la temporada de impuestos. Sin embargo, unos 50 empleados de ciberseguridad ya fueron suspendidos.

¿Qué consecuencias puede tener para los contribuyentes?
Algunos especialistas alertan sobre el riesgo de aplicar recortes durante la temporada fiscal, ya que históricamente, ese período de tiempo entre enero y abril suele mantenerse estable por su complejidad operativa.
Este año ya hubo más de 4.000 renuncias diferidas. Además, se despidió a 6.600 empleados que luego fueron reincorporados por orden judicial. No está claro si esos grupos serán afectados por la nueva ola de despidos.
Los crecientes despidos y reestructuraciones del organismo podrían derivar en demoras en el procesamiento de declaraciones, reembolsos y auditorías durante la temporada fiscal e incluso tras la fecha límite de presentación el 15 de abril.











