

Cada vez más gobiernos están revisando cómo realizan sus compras y operaciones internacionales, y muchos comienzan a dejar de usar exclusivamente el dólar en favor de otras alternativas. El cambio se acelera por tensiones geopolíticas, costos financieros más altos y nuevas alianzas que reconfiguran el mapa monetario global.
En este escenario, una gran potencia aprovecha el momento para impulsar su propia moneda y avanzar sobre espacios que antes estaban dominados por el billete estadounidense, creando un sistema más fragmentado y competitivo.
¿Por qué cada vez menos países quieren usar el dólar?
La caída en el uso del dólar se explica por la necesidad de conseguir financiamiento más barato y reducir riesgos derivados de sanciones o restricciones occidentales. Rusia es el caso más ilustrativo tras quedar sin acceso a fondos en Estados Unidos y Europa por la guerra en Ucrania.
Ante ese bloqueo financiero, Rusia tomó una decisión inédita: emitió por primera vez deuda soberana en yuanes, abriendo un canal directo de financiamiento con China y marcando un quiebre en la forma en que se financia un país tradicionalmente dependiente del dólar.
Un caso que acelera la tendencia
- Rusia emitió 20.000 millones de yuanes (casi u$s 3.000 millones) en bonos.
- Las tasas fueron mucho menores a las que paga en rublos, donde los intereses superan el 16%.
- Más de la mitad de los bonos fue adquirida por bancos con fuerte exposición al comercio con China.
Hungría, Sharjah, Kenia, Angola y Sri Lanka también avanzan hacia emisiones o refinanciaciones en monedas alternativas, buscando menor dependencia del sistema financiero basado en el dólar.

¿Qué megapotencia ya está reemplazando al dólar y cómo avanza su estrategia?
La potencia que lidera esta transición es China, que busca consolidar al yuan como moneda de referencia para deuda, comercio y operaciones financieras. Su estrategia incluye créditos, emisiones soberanas y acuerdos bilaterales que facilitan el uso de su moneda en terceros países.
China respalda estas operaciones ofreciendo su propio mercado financiero: permite que países emitan bonos directamente en yuanes dentro de China, conocidos como “panda”, y también ofrece convertir deudas tomadas originalmente en dólares a nuevos créditos en yuanes. Con esto, ofrece financiamiento más accesible y sin las barreras políticas del sistema occidental.
El efecto en Rusia y otros mercados
- Rusia ya usa el yuan como moneda de reserva, con casi u$s 50.000 millones en activos líquidos.
- China compra cerca de la mitad del petróleo ruso y sostiene el comercio pese a las sanciones.
- Expertos prevén que la deuda rusa en yuanes podría igualar a la que alguna vez tuvo en dólares.
El avance del yuan está reconfigurando las relaciones financieras globales y abre un escenario donde más países optan por monedas alternativas para sostener sus operaciones internacionales.













