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El oro oceánico ha cobrado gran relevancia en el mercado de productos de lujo, donde ciertos ingredientes exclusivos alcanzan precios exorbitantes. Entre ellos, destaca la llamada "cocaína de mar", cuyo valor ha crecido exponencialmente en los últimos 25 años, llegando a superar los USD 15.615 por kilogramo.

Este producto, equiparado con la aleta de tiburón y el pepino de mar, domina el comercio de bienes codiciados en el sur de China y ha impulsado el tráfico ilegal en el sudeste asiático. Su altísima demanda y exclusividad lo han convertido en un recurso apreciable, aunque su extracción pone en peligro a numerosas especies marinas.

Proveniente principalmente de Papúa Nueva Guinea y México, su pesca descontrolada amenaza la biodiversidad y el equilibrio ecológico de los ecosistemas acuáticos, lo que ha generado preocupación entre expertos y ambientalistas.

¿Por qué la "cocaína de mar" es el nuevo oro oceánico?

La "cocaína de mar" es la vejiga natatoria de la corvina blanca, también conocida como totoaba. Este órgano permite al pez controlar su flotabilidad, pero en el mercado negro es altamente codiciado por sus supuestas propiedades medicinales y su exclusividad en la gastronomía china.

En Asia, se vende seca y se utiliza en sopas medicinales que, según la tradición china, mejorarían la circulación, fortalecerían el hígado y beneficiarían la piel. Sin embargo, no existen pruebas científicas que respalden estos efectos.

La pesca ilegal de totoaba en el Golfo de California ha generado un grave impacto ambiental, poniendo en peligro a especies como la vaquita marina, que queda atrapada en las redes utilizadas para capturar este pez.

Impacto del oro oceánico en las especies marinas

La extracción descontrolada de vejigas natatorias fomenta la pesca ilegal y ha llevado a la corvina blanca al borde de la extinción. En México, su captura está prohibida desde 1975, pero el mercado negro sigue operando a través de redes clandestinas.

En Papúa Nueva Guinea, la situación es aún más crítica debido a la falta de regulaciones pesqueras. La necesidad económica impulsa a muchas comunidades a participar en esta actividad, lo que agrava la sobreexplotación de los ecosistemas marinos.

"La vejiga natatoria ha aliviado algunos problemas de pobreza bastante graves", explica Michael Grant, biólogo marino de la Universidad James Cook. En el delta del Kikori, donde se ha incrementado esta pesca, las comunidades dependen cada vez más de esta práctica para subsistir.

Según Yvonne Sadovy, experta en pesca, la falta de regulaciones gubernamentales y de información científica ha convertido este comercio en una actividad fuera de control. Su alto valor de mercado incentiva la captura de especies raras, agravando la crisis ambiental.

Precio del oro oceánico en el mercado negro

En China, el precio de un kilo de vejiga natatoria oscila entre USD 450 y USD 1.000, pero en el caso de especies extremadamente raras puede superar los USD 15.000. Su consumo está asociado con el estatus social y la riqueza, lo que impulsa aún más su demanda.

El mercado negro juega un papel fundamental en el alza de estos precios. En China, su comercio está regulado, pero muchas vejigas natatorias provienen de fuentes ilegales. La combinación de restricciones legales y la alta demanda ha convertido a este producto en uno de los más valiosos y peligrosos del mundo marino.