

Una estructura esculpida en piedra, distinta a cualquier otra encontrada hasta ahora, fue dada a conocer por la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA). Se trata de una pieza de gran valor histórico cuya forma y decoración desconciertan a los especialistas.
El artefacto, que estuvo oculto por 1.500 años, fue hallado durante excavaciones preventivas a las afueras de la ciudad. Este misterioso objeto desenterrado bajo Jerusalén destaca por su diseño poco común y podría modificar el entendimiento sobre símbolos religiosos antiguos.
El hallazgo, que ya se exhibe públicamente, ha sido considerado por algunos investigadores como un posible punto de inflexión en la arqueología bíblica, dada su rareza y su posible impacto en la historia de la religión.

¿Qué descubrieron bajo Jerusalén tras 1500 años oculto?
El hallazgo central es una capital de piedra caliza que fue encontrada en una excavación de rescate en las afueras de Jerusalén, cerca de Motza.
Su datación corresponde a un edificio del período bizantino del siglo VI o VII d.C., aunque la pieza probablemente fue reutilizada y pertenecería originalmente a una estructura romana del siglo II al IV d.C.
Lo más impactante del objeto es su decoración:
- Tiene talladas en su parte superior cuatro menorás de ocho brazos, una característica extremadamente rara.
- En su sección inferior, se observan ocho hojas con un tallo vertical sobre cada una, posiblemente representando la base de la menorá.
- Las menorás comunes en arte religioso judío suelen tener siete brazos, lo que hace de esta pieza una anomalía sin paralelos conocidos.

¿Por qué este objeto podría cambiar la religión para siempre?
La singularidad de este descubrimiento no solo radica en su antigüedad, sino en el mensaje simbólico que podría contener. Para las autoridades y expertos, la menorá de ocho brazos representa mucho más que un adorno arquitectónico.
Según el ministro de Patrimonio de Israel, Amichai Eliyahu, la pieza es una prueba material de la conexión histórica entre el pueblo judío y Jerusalén. Lo definió como un "puente entre nuestro pasado glorioso y la renovación de nuestra independencia". Esta afirmación refuerza el valor político y espiritual del hallazgo.
Un objeto sin comparaciones
Para la especialista Orit Peleg-Barkat, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, esta capital exhibe un estilo que se aleja de las convenciones arquitectónicas comunes:
- No sigue los cánones típicos del estilo corintio.
- Fue tallada por un artesano posiblemente ajeno a las normas de diseño de estructuras públicas de la época.











