Histórico descubrimiento arqueológico cambia para siempre la humanidad: desentierran la milenaria cara de un dios romano
Un fragmento oculto bajo tierra revela nuevas pistas sobre la transformación religiosa de Roma.
Roma continúa revelando los rastros ocultos de su pasado imperial. Bajo capas de historia y construcciones superpuestas, nuevas excavaciones siguen sacando a la luz vestigios del mundo antiguo que cambian lo que creíamos saber.
En el parque Tombe di Via Latina, arqueólogos italianos descubrieron un fragmento de una escultura incrustado en una antigua basílica paleocristiana. El hallazgo, que ocurrió en el interior de la iglesia de Santo Stefano, sorprendió por su estado de conservación y su potencial simbólico.
Los especialistas creen que se trata de una figura pagana reutilizada en un contexto cristiano. La pieza fue trasladada a Matera para su restauración, donde ahora se investigan su función original y la figura a la que representa.
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¿Cómo es la escultura descubierta bajo la iglesia?
Se trata de una cabeza de mármol tallada con gran detalle. Estaba oculta en los cimientos de la iglesia, parcialmente cubierta por una gruesa capa de mortero. Aun así, los rizos del cabello y la barba emergieron con una gran definición.
El equipo arqueológico la descubrió al ver asomar mechones de mármol entre la tierra. El perfil completo del rostro mantiene una expresión seria y los expertos estiman que fue tallada en el siglo II d.C., durante el apogeo del Imperio romano.
La reutilización de este tipo de estatuas era común en la Antigüedad tardía. Se empleaban como material de construcción durante la cristianización de antiguos espacios paganos, una práctica que ayudaba simbólicamente a consolidar la nueva fe.
¿A quién representa esta antigua escultura romana?
Aunque su identidad no está confirmada, los arqueólogos manejan varias hipótesis. Podría tratarse del dios Júpiter, del dios greco-egipcio Serapis o incluso de un filósofo romano. La barba y el gesto solemne remiten a figuras de autoridad espiritual o intelectual.
El hallazgo es especialmente valioso por su contexto. Fue enterrado dentro de una iglesia del siglo V, en un momento en que el cristianismo ya se consolidaba como religión dominante. Este uso simbólico de restos paganos refleja los complejos cruces culturales de aquella época.
Actualmente, la cabeza está en manos del Istituto Centrale per il Restauro. Se espera que, al retirar el mortero por completo, puedan surgir inscripciones o símbolos que permitan identificarla con precisión.