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Ni hongo ni bacteria: científicos descubren una nueva forma de vida que crece dentro del organismo y alertó a todos

Esta extraña estructura microscópica podría revelar antiguos secretos evolutivos.

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¿Maravilloso o perturbador? Aún no está claro, pero sí se puede afirmar que un grupo de científicos acaba de descubrir nuevas "formas de vida" dentro del organismo. 

Se trata de diminutos fragmentos de ARN, más pequeños que un virus, que colonizan las bacterias de nuestra boca e intestinos y pueden transferir información que puede ser leída por una célula.

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El equipo de científicos de Stanford fue el encargado de realizar el reciente descubrimiento, al que catalogaron como "tremendamente extraño". Además, ya le pusieron nombre a su hallazgo: obeliscos

Científicos descubren una nueva forma de vida que crece dentro del organismo y alertó a todos

"Es una locura", afirma Mark Peifer, biólogo celular y del desarrollo de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, según Science. "Cuanto más miramos, más locuras vemos".

Estas diminutas partículas fueron denominadas como obeliscos por sus estructuras en forma de varilla. Son incluso más pequeños que los virus, pero aun así pueden transmitir instrucciones a las células.   

Las nuevas entidades microscópicas descubiertas fueron clasificadas como "obeliscos". Fuente: archivo

Las entidades microscópicas, según una explicación escrita en The Conversation por el profesor de evolución microbiana de la Universidad de Bath Ed Feil, llama a los obeliscos "trozos circulares de material genético que contienen uno o dos genes y se autoorganizan en forma de varilla".

El artículo de Stanford los denomina "viroides", es decir, un escalón por debajo de un virus. Estos últimos necesitan un huésped que les permita replicarse, pero eso no los ha frenado. Son, potencialmente, "formas de vida" diminutas.

Sin embargo, un viroide es aún más simplista: un trozo de ARN genético que no puede fabricar proteínas, pero sí reagruparse, y se sabe que plaga las plantas con flores.

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Nueva forma de vida microscópica: ¿puede considerarse como un virus?

Al igual que los viroides, los obeliscos tienen un genoma circular de ARN monocatenario y carecen de cubierta proteica. Pero, al igual que los virus, sus genomas contienen genes que se prevé que codifican proteínas.

Para mayor sorpresa, los investigadores de Stanford no encontraron un solo tipo de estos, sino que detectaron casi 30.000 versiones de obeliscos. Y eso sólo para empezar. Se encontraban en todos los rincones demográficos del mundo y, por lo general, en la boca (aunque también en el intestino).

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Más allá del increíble descubrimiento, lo más rutilante ahora es tratar de averiguar si estos obeliscos son amigos o enemigos. Los científicos quieren saber qué células huésped necesitan para replicarse, qué papel desempeñan las bacterias y los hongos en su función y cuál es su verdadero propósito.

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