

Desde hace décadas, la teoría del Big Bang domina la explicación del origen del universo. Según este modelo, todo comenzó con una singularidad: un punto de densidad infinita del que emergieron el espacio, el tiempo y la materia. Sin embargo, algunas inconsistencias teóricas siguen desafiando su total aceptación.
En particular, la necesidad de introducir conceptos como la inflación cósmica y la energía oscura -sin evidencia directa de su existencia- llevó a ciertos físicos a explorar alternativas más simples y compatibles con la física conocida. Esto reavivó un interrogante fundamental: ¿realmente fue el Big Bang el comienzo de todo?
Una reciente investigación publicada en la revista Physical Review D propone una hipótesis que podría cambiar nuestra comprensión del origen cósmico. Los autores aseguran que hay otra forma de interpretar el principio del universo, sin recurrir a elementos desconocidos ni violar las leyes actuales.

¿Qué propone la nueva teoría que desafía al Big Bang?
El nuevo modelo, conocido como "universo agujero negro", sugiere que el Big Bang no fue el comienzo del tiempo, sino el resultado de un colapso gravitacional anterior. Según sus autores, el universo que conocemos habría nacido dentro de un agujero negro, tras un proceso de rebote cuántico que evitó una singularidad final.
Este enfoque se basa en la física ya comprobada: combina la relatividad general con principios de la mecánica cuántica, sin introducir dimensiones extra ni campos exóticos. En lugar de una expansión desde la nada, plantea una contracción previa, similar al colapso de una estrella masiva, seguida por un rebote inevitable provocado por el principio de exclusión cuántico.
El resultado es un nuevo universo en expansión que podría explicar fenómenos como la inflación temprana y la aceleración cósmica actual sin añadir ingredientes hipotéticos.

¿Qué impacto tendría este nuevo modelo sobre el origen del universo?
De confirmarse, esta teoría implicaría que nuestro universo no es único, sino parte de un ciclo cósmico donde el colapso y el rebote de universos ocurren de forma continua. Esto también podría explicar el origen de objetos masivos como los agujeros negros supermasivos y aportar nuevas pistas sobre la formación de galaxias.
Además, ofrece una respuesta que para muchos puede parecer más coherente al dilema de las singularidades: evita la ruptura de las leyes físicas al alcanzar densidades extremas. En este marco, el universo actual sería el interior observable de un agujero negro surgido en un universo "padre".
Entre otras implicancias, esta idea permitiría reinterpretar la distribución de la materia oscura, la evolución jerárquica de las galaxias y la presencia de ciertos objetos compactos que habrían sobrevivido al rebote.











