

En esta noticia
Las voces que se escucharon en los pasillos del Congreso, tanto de oficialistas como de opositores, coincidieron en que los argumentos sostenidos por el ministro de Infraestructura Guillermo Ferraro fueron los más sólidos.
Sin entrar en consideración si compartían o no las ideas volcadas en el proyecto de ley de "Bases y Puntos de Partida para la libertad de los argentinos", los legisladores reconocieron lo fundamentadas que estaban las propuestas del funcionario.
"La Libertad Avanza no pretende mejorar las estructuras de este sistema, sino cambiar el sistema de estructuras. Queremos cambiar este sistema perverso de estructuras, no administrar mejor lo que está", sostuvo Ferraro.

Por estar a cargo del sector transporte, actualmente con rango de Secretaría de Estado, los dichos de Ferraro pueden servir como una suerte de hoja de ruta para entender la realidad actual y lo que viene en este rubro clave de la economía argentina.
A privatizar
"Queremos que el Estado se retire de todo lo que puede influir en el sector privado", sintetizó el ministro al exponer en el plenario de comisiones sobre el proyecto de desregulación económica.
Esta frase se aplica a numerosos sectores del transporte y la logística hoy controlados por el Estado que prontamente pasarán a manos privadas vía concesión, como terminales portuarias, ferrocarriles, Aerolíneas Argentinas y la hidrovía.

Al momento de las preguntas, el diputado de Unión por la Patria EduardoTonioli lo consultó sobre la posible privatización de los ferrocarriles rememorando "las consecuencias negativas de la década del 90 con políticas similares".
Ferraro respondió: "En mi caso coincido con la virtud del ferrocarril; no creemos que debe desaparecer; todos coincidimos en que los de pasajeros están subsidiados en todo el mundo". Pero de inmediato destacó que "en Argentina, por esa monumental estructura de las empresas ferroviarias estatales, hay un empleado por cada 50 pasajeros diarios. Hay que eficientizar la operación porque con esa ecuación le doy una camioneta a cada uno de los pasajeros para que lo lleve puerta a puerta".

Ante la preocupación de los diputados de la Izquierda sobre la posibilidad de que la privatización de empresas genere despidos, el ministro fue contundente: "No vamos a despedir a nadie, que trabaje. Nosotros no venimos a despedir trabajadores".
Sobre las tarifas de transporte, el funcionario nacional declaró: "En el AMBA el transporte público está prácticamente estatizado, porque el 90% de los costos los paga el Estado nacional. Parece que lo que paga el Estado nacional no lo paga nadie y no es así".
Menos regulaciones
Ferraro, advirtió que "el clima de inversiones es desalentador; porque los que pueden invertir deciden esperar, y aunque existan posibilidades no las quieren hacer en este momento".
En relación a esto, manifestó que "cuando el empresario ocupa otro rol, de prebendario, implica una negación al riesgo, y queremos que vuelva a su rol, que es el que debería tener como organizador de la sociedad. Su rol creativo, donde el Estado poco pueda intervenir, con sus regulaciones para entorpecer".
Obra pública
En otro tramo de su exposición, Ferraro reivindicó "la obra pública de los años 90" y desafió a los diputados a que citen "una gran obra que se haya hecho desde aquellos años hasta hoy".
Asimismo, lamentó que "hoy la mayoría de las concesiones iniciadas en aquellos años sean precarias o con prórrogas, como corredores viales, hidrovía o puertos", y recalcó una vez más que "el Estado se tiene que retirar de lo que sea el sector privado, de las regulaciones y de los obstáculos que pone". Y para rematar la idea, señaló que "hay empresas públicas que son absolutamente ineficientes y donde el funcionario de turno solía utilizarlas como herramientas para prebendas de amigos o aliados políticos".

En una crítica directa al gobierno de Alberto Fernández, el ministro de Infraestructura informó que "nos encontramos con 2.500 de 7.500 obras que estaban paralizadas por falta de pago. Esas obras vienen paralizadas desde hace 8 o 9 meses porque se contrataron sin que existiera presupuesto ni plata para poder pagarlas".
El funcionario dejó claro que se van a terminar las obras en ejecución y se va a seguir con las que tienen financiamientos multilaterales de crédito, ante la inquietud que había planteado el diputado fueguino del PRO, HéctorStefani, por las dificultades que tendría su provincia en atraer obras públicas realizadas por privados debido "a la baja población".
Finalmente, el funcionario aseguró que "se trata de salir adelante con un plan de infraestructura donde el sector privado tenga un rol protagónico y que el Estado se retire. El mundo está esperando que los argentinos demos una muestra de reconstrucción y normalización".













