

Marcello Vaccari
Soy Despachante de Aduana, licenciado en Comercio Internacional, estudié logística en el exterior y en Argentina, fui docente muchos años y soy empresario. Para nuestros clientes, soy "El Despachante".
Con respeto y respecto al servicio de Despachante, pienso en al menos tres preconceptos que nos encasillan a pesar que no se aplican a todo el universo de esta profesión:
El primero de ellos es el que tiene la sociedad sobre este trabajo, piensan que somos un gestor que se ocupa de las cuestiones aduaneras, con poca preparación, poco serio, pero que trabaja y se mueve como pez en el agua dentro de la maraña legislativa y el ambiente aduanero.
El segundo preconcepto es el que tiene el Estado sobre nosotros y que fue volcado en el Código Aduanero: "el Despachante es un auxiliar del servicio aduanero".

El tercero, que es una profesión de difícil acceso. Falso porque lamento decirles que los requisitos son muy pobres. Ni siquiera se pudo lograr que fuera una licenciatura o que tuviera colegiatura.
Estos tres preconceptos desde mi punto de vista poco realistas, son los que califican despectivamente la actividad como "el Despa", en resumen, un mal necesario para toda empresa o persona que desee importar y exportar.
Como toda realidad y habiendo aproximadamente 3.000 registros de Despachantes, hay algunos casos que pueden encuadrase en esos pobres preconceptos, pero hay otra realidad de verdaderas organizaciones que prestan con honestidad servicios de valor agregado.
Éstas no sólo se vinculan con el despacho de Aduana, sino con un amplio asesoramiento en normas nacionales e internacionales de comercio, normas aduaneras y cambiarias, cuestiones logísticas y que además contratan cientos de empleados y profesionales en diversas materias (ingenieros, contadores, legistas, licenciados en Comercio Internacional, economistas, Despachantes de Aduana, psicólogos, etc.).
Podríamos citar como ejemplo algunos servicios que prestan complementarios al de Despachante de Aduana -entre otros- : 4PL, outsourcing, personal in house, manejo de órdenes de compra, preparación de documentos internacionales, acuerdos de comercio entre países y bloques, logística, almacenaje y distribución, forwarders con red de agentes en muchos países, abogados especializados, asesoramiento clasificatorio y de valor, normas Incoterms y de la CCI , Agente de Transporte Aduanero, transporte doméstico, administración de la infinidad de pagos de almacenaje, manipuleo, fletes, alquiler de contenedores, transporte interno, cálculo de costos, etc.

Además, invertimos en software para interactuar con la Aduana, los clientes y distintos organismos del Estado, en procesos de calidad bajo normas ISO 9001-2015.
También somos solidarios frente a las infracciones de nuestros clientes y somos sujetos obligados por la UIF a verificar el origen de los fondos de nuestros clientes.
En resumen, los importadores y exportadores nos contratan no porque alguno de los integrantes de nuestras organizaciones posea un registro que nos habilite como Despachante de Aduana y sea obligatorio contratar uno, sino porque operar la logística del comercio internacional es complejo y requiere expertise y estructura a tal efecto.
Siempre el cliente ya sea importador o exportador estuvo en condiciones de tener un empleado con registro de Despachante y realizar sus propias operaciones; por otra parte el registro en sí no es una barrera porque habiendo aprox. 3.000 personas con registro de Despachante ya está desregulada la profesión porque no hay tarifas corporativas, como tienen los martilleros, los abogados u otras profesiones.
En el caso del Despachante, cualquier cliente puede buscar el trade off más conveniente entre servicio y precio. Además, la incidencia de los honorarios en el costo de la mercadería es ínfimo, es un ítem C o D en un análisis de Pareto; pero su incidencia si el servicio es de baja calidad puede pasar a ser significativo.
También es importante aclarar, que el DNU no elimina la profesión de Despachante de Aduana, sino que permite que otros puedan documentar las operaciones, aún si no fueran profesionalmente capaces de hacerlo.
Asimismo, tenemos que mirar otros aspectos positivos del DNU, creo que bien reglamentado puede mejorar la productividad para todos, disminuir costos y mejorar los tiempos. Ayudará a aumentar el comercio exterior de Argentina y lo que hoy es una preocupación para algunos convertirse en una oportunidad para muchos.
Así que en el contexto de libertad que deseamos muchos argentinos, decidirán los clientes contratarnos o no; pero de ninguna manera lo harán porque tenemos el privilegio de un registro o una profesión, sino por el valor agregado, la profesionalidad, la calidad y la seriedad que brindemos de manera consistente en cada operación que gestionemos.













