José Antonio Álvarez fue durante casi una década el brazo derecho de Alfredo Sáenz, acompañándole como director financiero y de relación con los inversores. Este cargo, que asumió en 2004, lo mantuvo cuando Sáenz renunció, en abril de 2013, y fue sustituido por Javier Marín. En el banco entró en 2002, procedente directamente del principal competidor en España, BBVA, donde también había trabajado en la división de gestión financiera.

Silencioso, poco propenso a la sonrisa y directo en las respuestas, este leonés de 54 años será a partir de ahora el número dos de Ana Botín, que apenas tardó dos meses en revolucionar la cúpula del grupo para crear su propio equipo. De hecho, fuentes conocedoras de la situación explican que la elección de Álvarez por parte de Botín tiene sentido especialmente por los temas de complementaridad. La presidenta tiene un perfil más “comercial” y necesitaba a su lado alguien más centrado en la estrategia y las cuestiones financieras. “Un poco como el tándem que hacían Emilio Botín y Alfredo Sáenz”, dice la fuente.

Álvarez, además, es muy conocido entre los inversores internacionales, ya que, como director financiero, fue la cara visible de Santander en algunos de los más importantes foros internacionales. En 2013, la revista “Institutional Investor” lo eligió como mejor director financiero, en el ránking que elaboran los analistas. En el ránking de los inversores ocupó el tercer lugar.