El faltante de botellas parece estar lejos de solucionarse para la industria bodeguera. El sector se prepara para comenzar a fraccionar el vino de la cosecha 2022. Pero, todavía, no se sabe si el stock de botellas en el país será el suficiente.
Mientras que a las bodegas se les dijo que, a partir de abril, se normalizaría el abastecimiento -afectado el año pasado por un incendio en una de las dos grandes fabricantes nacionales-, las proveedoras locales de envases ya les aplicaron aumento del 30% al 50% en sus listas de precios.
"Cattorini Hermanos anunció subas en los precios de las botellas. En febrero, fue del 5% y, ahora, un incremento que llega al 45%, según el tipo de envase", reconoce Milton Kuret, director ejecutivo de Bodegas de Argentina, la principal cámara del sector, integrada por 250 bodegas que constituyen más del 70% del mercado interno y el 90% de las exportaciones de vinos fraccionados del país.
"Lo que sucede es que las cristalerías trabajan al límite porque la industria requiere mucha inversión y no están dispuestas a hacerla por miedo a que les sobre capacidad. Muchas bodegas trajeron botellas del exterior. Pero, también, hay escasez a nivel mundial", agrega un ejecutivo de una de las principales bodegas del mercado local.












