En esta noticia

El futuro de Vicentin va tomando forma. Si bien el viernes finalizó el plazo para que los acreedores votaran, tanto por la propuesta de salvataje de Molinos Agro y Louis Dreyfus (LDC),como por la de Grassi, en representación de Commodities, ahora la Justicia deberá validar los votos y evaluar los pedidos de impugnaciones. En los hechos, la cerealera no tendrá nuevos dueños hasta, por lo menos, mediados del año que viene.

A última hora de la tarde del viernes de la semana pasada, las compañías que forman parte del cramdown aseguraron que ya habían conseguido las mayorías que exige la Ley de Concursos y Quiebras. Y, si bien Grassi fue el primero en presentar el apoyo que logró su propuesta al Juez, Molinos y LDC lo hicieron una hora después.

Operación histórica

Kimberly-Clark compra por más de u$s 40.000 millones a una empresa cuestionada

Estas últimas, informaron que superaron las 1180 conformidades y los 2/3 de capital de acreedores legítimos en cada una de las categorías. Además, según pudo saber este medio, Molinos y LDC impugnarán la propuesta presentada por Grassi en cuestionamiento de su validez y cumplimiento de los requisitos legales.

En caso de que el juez habilite esta objeción, Grassi, que logró el apoyo del 84,9% del capital yel 65,5% de las cápitas (1128 votos), tendría la posibilidad de presentar a su vez impugnaciones contra las propuestas de sus competidores. Esto dará lugar a un intercambio de cuestionamientos antes de la aprobación definitiva del plan concursal lo que podría postergar la definición final del concurso.

Cabe destacar que Vicentin está blindada hasta el año que viene, por lo que su continuidad operativa -opera a fasón- y los puestos de los casi 1000 trabajadores que forman parte de la empresa, están garantizados. Sin embargo, la resolución del conflicto y el nuevo dueño no llegará hasta mediados del año que viene, según comentaron fuentes con conocimiento sobre el caso a El Cronista.

La batalla por Vicentin: cómo planean salvarla MOA-LDC y Grassi

Por un lado, la alianza entre Molinos Agro, la empresa agroindustrial de los Pérez Companc, y la francesa Louis Dreyfus (LDC) propone transformar a Vicentin en una empresa sustentable en el tiempo. Según Pablo Noceda, CEO de Molinos Agro, el objetivo es poner la estructura de la compañía a punto, extraer su potencial y devolverle competitividad. Para ello, estiman que se necesitarían entre u$s 50 y 70 millones, aporte que ambas firmas aportarían en partes iguales.

Su plan incluye la gestión de las plantas de Ricardone y San Lorenzo, que hoy funcionan con ineficiencias y emplean a 800 personas. El Nodo Norte quedaría bajo la administración de la Unión Agrícola de Avellaneda (UAA), mientras que Renova, actualmente en manos de Bunge, seguiría operando junto a Vicentin, que conserva el 32% del capital.

Por otro lado, la propuesta de Grassi, respaldada por las agroindustriales Cargill y Bunge, busca que Vicentin pueda retomar exportaciones apenas un día después de aprobada la propuesta. Su plan contempla operar de manera conjunta los activos de la concursada, incluyendo el manejo de granos, el negocio de molienda en Avellaneda y Ricardone, y la planta de Renova. Se trata de una explotación integrada en la que ni Bunge ni Cargill ingresan al cramdown ni obtendrán acciones: su rol será actuar como “socios globales” para facilitar que Vicentin vuelva a exportar sus productos al exterior.