Gualcamayo es una próspera mina de oro sanjuanina, el primer proyecto minero en presentarse al RIGI, el régimen estrella de la era Milei que le permitirá avanzar en una inversión lista para arrancar de u$s 665 millones.
Su dueña hoy es Minas Argentinas, una compañía de un grupo familiar español (AISA), que compró el proyecto en 2023, cuando se proyectaba el cierre. La crítica situación de Gualcamayo en ese momento logró revertirse. Hoy está produciendo a partir de la recuperación secundaria de su pila de lixiviación, desarrollando tareas de exploración y avanzando en la factibilización técnica y económica de distintos proyectos.
Al frente de Minas Argentinas está Ricardo Martínez, geólogo con más de 30 años de trayectoria en exploración minera en Argentina, América y Asia. El ejecutivo confía en que dentro del RIGI, este proyecto con reservas probadas y probables de 3 millones de onzas y recursos por 5 millones de onzas, exportará unos u$s 400 millones anuales durante dos décadas.
Entrevista a Ricardo Martínez, Director Ejecutivo de Gualcamayo
-¿Qué importancia tiene el RIGI en el proyecto?
-Es clave. Fuimos el primer proyecto de minería dura activa en aplicar. Luego cumplimos con lo que pidió la secretaría de Minería para encuadrarnos. Creo que estamos cerca de la adhesión pero queremos que se haga con la mayor claridad así se evitar problemas futuros. El RIGI es un acelerador, es un catalizador total si se produce dentro de los términos que esperamos. Si no, realmente nos demoraría bastante lo que ya estamos incluso demorando. Acá tendría que haber ya dos empresas de ingeniería trabajando en la factibilidad. Intentamos minimizar las inversiones para que el proceso no se detenga, pero sería muy bueno que un plazo rápido tengamos las confirmaciones para avanzar y no perder más tiempo. Hemos puesto mucho dinero que pensábamos originalmente que iba a ir dentro del RIGI, que nos permitiría incluso ya haber completado la inversión mínima de los dos primeros años.
-¿Y si no sale, se perdería el proyecto?
-No. Este es un proyecto saludable, real, afianzado por todos los números que hemos venido consiguiendo y certificando.
-¿Qué inversión implicaría esta Nueva Gualcamayo?
-El plan contempla u$s 665 millones: u$s 50 millones para exploración, u$s 485 millones para construcción y puesta en marcha de la nueva mina de Carbonatos Profundos (planta de sulfuros para un mineral que no se había podido explotar aquí porque no había esa planta), más un parque solar (u$s 37 millones) y el cierre programado de operaciones previas. La planta procesará sulfuros para producir oro y plata. Podrá crecer en función de la exploración, de la factibilidad y de los precios finales de del oro y de los costos de ese momento.
-¿Qué producción proyecta?
-Al menos 17 o 18 años con 120.000 onzas anuales, equivalentes a unos u$s 400 millones por año a precios actuales. Todo se exporta en lingotes de doré, prácticamente con el mayor valor agregado, y va a refinación que tiene un costo internacional bastante bajo por onza. Creemos que tenemos un metal a la suba por todo lo que está sucediendo en el mundo y por todo lo que ha sucedido en los últimos 40 años.

-¿Hay mercado para la producción de la nueva planta?
Hoy ya tenemos abundancia de demanda. Permanentemente, nos están ofreciendo distintas refinadoras comprar nuestro doré. Estamos pensando alternativas y opciones para preservar, en un ambiente de precios crecientes, las ventas por cierto tiempo al menos.
-Cuando tomaron control de la mina, ¿en qué estado estaba la operación?
La compramos en septiembre de 2023 y estaba en situación crítica. Tuvo una etapa compleja de reinicio, había deudas impositivas y comerciales. Había una operación muy descuadrada en tamaño para lo que estaba produciendo. Hubo que hacer serios recortes en el esquema de gastos, racionalización del personal, contratos que venían adendados por muchos años porque como estaba cerrando la mina nunca se hacía una licitación nueva. Desorden administrativo en medio de todo lo que pasaba en la Argentina 2023. Estaban los permisos de acceso a dólares y de importación, restricciones de flujo de los accionistas, con problemas serios para pagar afuera cualquier insumo que fuera -desde una licencia de software al insumo principal que para nosotros es el cianuro y había muchos problemas para pagar a la compañía que lo produce en el exterior. No hay ninguna productora de cianuro nacional. Pese a las dudas de muchos, logramos ordenar una empresa con patrimonio neto negativo de u$s 170 millones.
Producción de oro en Gualcamayo
-¿Cuándo comenzó a mejorar la producción?
En el último trimestre de 2024, con pequeños aumentos de producción que, sin ser grandes en volumen, tuvieron un impacto positivo. El primer semestre de este año ya fue sólido. Empezamos a remover otra vez la exploración. Tuvimos algunos buenos resultados y perspectivas positivas. La empresa empezó a flotar en azul, ya no estamos en rojo. Y si bien fue muy exiguo y chiquito el crecimiento, hoy ya podemos incluso financiar otras inversiones del grupo con el flujo actual de la mina. Con el RIGI en marcha ya hay otras expectativas de lo que necesitamos, que básicamente es estabilidad de nuestro patrón cambiario, jurídico e impositivo para -con el esfuerzo que ya hemos probado que podemos realizar- preservar esto y construir algo de muchos años más.
-¿Qué inversiones realizaron desde la reactivación y con nuevos dueños?
-Hay inversión continua para optimizar procesos. Es dinero que va a producción y tiene un rápido retorno. Estamos en un esquema de 4500 a 5000 onzas mensuales, que podemos llegar a estar preservando por varios años, con lo cual nuestro patrón de flujo de fondo es bastante positivo. La familia propietaria no retira dividendos, todo lo quiere re invertir.
Cuánto gana una mina de oro
-¿Qué margen tiene la minería de oro?
Depende del momento. Hoy tenemos un buen margen porque hemos racionalizado los costos y tenemos una operación que no tiene actividad extractiva básicamente, sino que estamos refuncionalizando algo que estaba en una en una reserva y que hoy se puede explotar con mejor precisión técnica. El margen hoy es muy superior a lo que hubo en la mina en la historia pero es una circunstancia. En el proceso de operación de carbonato profundo, los cálculos actuales muestran una tasa de retorno del 22 al 25%.
-¿Qué pasará al día siguiente de obtener la aprobación del RIGI?
-Ya están los contratos firmados porque está todo listo para empezar todo inmediatamente. La idea es factibilizar durante el resto de 2025 o 2026, en 2027 tener ya toda la la batería de permisos en gestión y empezar la construcción quizás en 2028 y poder producir en 2029.

-¿Evalúan que puedan cambiar las condiciones económicas?
Se eliminaron las retenciones del sector llevándolas a cero, que es muy positivo como señal al igual que otras. Esperemos que tengamos posibilidades de preservar este esquema de seguridad jurídica que nos pone competitivos al nivel de otros países con una baja de carga tributaria, pero también con una con una oficialización de normas similares a las que tiene hoy otros países como Perú, Chile y Brasil.
-¿En esos países los costos son más bajos que en Argentina?
-En general hoy sí. La Argentina ha subido mucho en los costos en los últimos dos o tres años. Pensamos que el RIGI nos va a llevar a un ambiente un poco más mesurado con respecto a los costos.
-¿Hay intenciones futuras de invertir nuevas minas?
-Vamos paso a paso. Al RIGI ya casi lo descontamos porque estamos en los últimos avances, pero queremos ver cuántas minas más hay en Gualcamayo. Si hubiesen algunas otras minas que vinieran a ofrecer, seguramente el grupo lo va a evaluar. Estamos dando vueltas siempre buscando negocios nuevos donde diversificar la masa de inversiones que le dé las mejores opcionalidades a la economía del grupo, más que a Minas Argentinas en particular.
-¿De dónde viene este inversor?
El grupo es una familia española. Viene del trading y tiene base operativa y financiera en Canadá y Estados Unidos. Compraban oro de Gualcamayo para ese trading y ahí comenzó la relación.
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