

La láctea Verónica enfrenta una nueva crisis. Este viernes, los trabajadores de las fábricas de Clason y Totoras -enmarcados bajo la representación del gremio Atilra- iniciaron un paro total en su actividad por tiempo indefinido. La medida se tomó ante la falta de pago de los sueldos de junio, julio y el aguinaldo.
Según precisaron fuentes con conocimiento sobre el caso a este medio, la compañía aún debe el 10% del salario de junio, el 100% del de julio y el medio aguinaldo que se deposita a mitad de año, a lo que se suman deudas en cargas sociales. En este contexto, el sindicato se adelantó y asegura que duda de la posibilidad de que la empresa pague los salarios correspondientes al mes de agosto.
La empresa aseguró estar trabajando para levantar la medida hoy mismo. Aseguraron que ayer pagó un porcentaje importante de la deuda, este viernes se pagará otra parte y buscará llegar a un acuerdo con el sindicato para abonar otro porcentaje la semana que viene.
Insisten, no obstante, en que no se produjo un bloqueo en la planta, sino un freno en las actividades. Esto quiere decir que la compañía tiene la posibilidad de ingresar a la planta en caso de disponer de materia prima para trabajar. En cuanto a los productos que estaban en etapa de producción hasta el comienzo del reclamo, el gremio se comprometió a finalizar sus procesos y conservarlos de forma adecuada.
"La empresa acató la decisión de los trabajadores. Está todo parado", dijeron fuentes del mercado. El gremio acusa a la empresa de desviar la materia prima a otras plantas y tambos que, aseguran, son propiedad de la familia Espiñeira, la dueña de Verónica.
Cabe destacar que Verónica está a la espera de la apertura de su procedimiento preventivo de crisis (PPC). Con esta herramienta, que requiere la aprobación de la Secretaría de Trabajo, la empresa podría desvincular al 30% de su personal, reducir los sueldos y finalizar el convenio colectivo de trabajo.
A pesar de que semanas atrás El Cronista publicó que Verónica había negociado una posible venta con la francesa Savencia, dueña de etiquetas como Milkaut e Ilolay, la empresa basada en Santa Fe negó estar actualmente en busca de un inversor. Por el contrario, fuentes cercanas a la compañía aseguraron que, hoy, el foco de Verónica está puesto en el plan de reestructuración que la misma empresa presentó ante la Secretaría de Trabajo cuando solicitó -sin éxito- la apertura de su PPC. Mientras que el gremio lácteo (Atilra) lo rechazó, el organismo oficial le había solicitado más documentación para sustentar el pedido.
"La crisis que atraviesa la compañía está relacionada de manera directa con lo que ocurre en el sector lácteo en Argentina", reveló la empresa a través de un comunicado. Enumeró, en primer lugar, la caída en la producción, que totalizó un 7% en 2024. Le sigue el descenso en el consumo, con una baja del 9,7% en el mercado interno en 2024, un aumento de costos causado por el contexto inflacionario de los últimos 10 años y una cadena de valor poco competitiva y concentración del mercado. "Esto se ve potenciado por la imposibilidad de acceder a financiamiento a tasas razonables de interés", detalló.
Verónica llegó a estar en el top tres de las lácteas más conocidas del país. Sin embargo, inmersa en una fuerte crisis desde principio de año está actualmente operando con niveles marginales. Y, aunque la exportación de productos lácteos representaba una de las principales fuentes de ingresos para la compañía, ya que, entre enero de 2020 y abril de 2025, concretó ventas al exterior por más de u$s 102 millones, en el primer cuatrimestre de 2025, los envíos al exterior -sobre todo, de leche en polvo- alcanzaron los u$s 3,8 millones.












