Pese a que sus ventas, en volúmenes, crecieron un 1,9%, durante el primer semestre de 2025, la facturación de Molinos Río de la Platacayó 19,7% en términos reales -es decir, descontada inflación-, a $ 437.542 millones. Al 30 de junio, la empresa, una de las mayores alimenticias de la Argentina, registró una pérdida de $ 19.485 millones. Un año antes, a valores actuales, había ganado $ 64.348 millones. La compañía, controlada por el grupo Perez Companc, explicó que el rojo se debe a precios que subieron por debajo del incremento de costos registrado en lo que va del año. A diferencia de años anteriores, no son ahora los controles de precios los que provocan ese retraso, sino la fuerte desaceleración de la inflación que se registra desde el segundo semestre de 2024. Junto con la retracción que, todavía, refleja el consumo masivo, hacen que el mercado sea mucho menos elástico al traslado de los costos a los valores finales de sus productos. "Molinos registró al cierre del primer semestre ingresos netos por $ 437.542 millones, lo que implicó una caída del 19,7% en términos reales respecto del mismo período del ejercicio anterior", anunció la empresa en la reseña informativa de sus estados contables al 30 de junio, divulgados este miércoles. "Si bien alcanzó un incremento de su volumen de ventas en el mercado local de 1,9%, éste fue más que compensado por una caída de precios en términos reales, ya que fueron ajustados durante el último año móvil solo en un 11,1% nominal en promedio, mientras la inflación registrada por el Indec fue de 39,4%, en el mismo período", continuó. "Con costos de venta unitarios aumentando nominalmente por encima de los precios, el resultado neto fue negativo por $ 19.485 millones", indicó. A continuación, explicó que, ante un escenario de consumo aún deprimido, en el que las principales consultoras de mercado registraron una caída de 4,9% semestre contra semestre, Molinos mantuvo su enfoque de "preservar el adecuado posicionamiento de sus marcas, procurando ofrecer la mayor accesibilidad posible a los consumidores en cada una de las categorías en las que opera". "Como resultado de esta estrategia, la sociedad registra un incremento generalizado en la participación de mercado versus el mismo período del año anterior. Adicionalmente, durante el primer semestre, se registró un importante incremento de las exportaciones del 21,8%", destacó. "Frente a este entorno de gran presión competitiva y con el propósito de optimizar la ejecución de su plan de negocios, la sociedad intensificó la gestión y revisión de sus costos operativos y gastos centrales, implementando un estricto programa de control, buscando generar eficiencias y mejoras en todos los procesos operativos. La efectividad de esta gestión se evidencia en la mejora de los costos de venta y los gastos de comercialización y administración, que en su conjunto mejoran 8,6 puntos porcentuales sobre ventas respecto al trimestre anterior", añadió. "Por otra parte, a partir de la recuperación del ingreso disponible de los hogares la sociedad continuará buscando equilibrar paulatinamente el desfasaje registrado entre el aumento de precios y los costos de venta", informó. "Enfrentando los desafíos de corto y mediano plazo", finalizó, anticipó que "continuará enfocada en el consumidor, sus marcas, la productividad y la eficiencia para seguir acompañando a los argentinos con productos cada vez más saludables, ricos, prácticos y accesibles". Molinos integra el grupo Perez Companc desde 1998, cuando la familia le compró la alimenticia a Bunge & Born. Su portafolio de marcas incluye a Granja del Sol, Exquisita, Lucchetti, Matarazzo, Preferido, Vitina, Cocinero, Lira, Blancaflor, Nobleza Gaucha, Favorita, Don Vicente, Don Felipe, Chocoarroz, Nieto Senetiner, RucaMalen, Minerva, Gallo, Terrabusi (pastas) y Arlistán. Con sus números afectados durante el Gobierno de Alberto Fernández por los controles de precios que se implementaron en esos cuatro años, en 2024, primer balance de la Administración de Javier Milei, su facturación cayó 6,4% en moneda homogénea, a $ 882.117 millones. Las ventas totales se retrajeron 2,8%, pese a que sus exportaciones habían crecido 23,7% en ese ejercicio. En términos operativos, el ebitda se había reducido de $ 82.872 millones en 2023 a $ 3228 millones el año pasado. La ganancia neta, que había sido de $ 100.661 millones, se recortó a un tercio: $ 32.687 millones. La tendencia continuó en 2025. En el primer trimestre, la empresa había crecido 6,1% en volúmenes de ventas pero, con costos unitarios subiendo 24% contra un 8,4% de inflación acumulada en ese periodo, el resultado negativo terminó siendo de $ 5460 millones, contra una ganancia de $ 55.134 millones en igual periodo de 2024. En términos reales, la facturación había caído 25,9%, a $ 199.548 millones. Molinos había difundido esos números a inicios de mayo. Pocos días antes, había sido apuntada por el Ministro de Economía, Luis Caputo, debido a los ajustes de precio que la empresa intentó aplicar después de que el Gobierno anunció la implementación de la banda cambiaria, que llevó la cotización del dólar de menos de $ 1000 a tener ese valor como piso. La alimenticia retrajo los aumentos luego de la presión pública de "Toto". "El consumo masivo mostró cierta recuperación interanual durante el segundo trimestre, impulsado por la desinflación y una moderada mejora del poder adquisitivo, aunque aún lejos de alcanzar niveles previos a la recesión. La evolución del salario real y el empleo serán claves para determinar si esta mejora logra sostenerse en el tiempo", contextualizó la foto que registró entre abril y junio. Perdió $ 13.697 millones en el segundo trimestre. "Durante la primera mitad de 2025, el patrón de consumo se vio alterado por un cambio en la composición del gasto de los hogares. Las mejores condiciones de financiamiento -especialmente, desde mayo- estimularon con fuerza la demanda de bienes durables, en detrimento del consumo esencial, que se mantuvo rezagado. La recomposición parcial de ingresos -particularmente, en salarios del sector formal- no logró todavía compensar el deterioro acumulado en jubilaciones y programas sociales, lo que explica la lenta recuperación del consumo masivo, a pesar del entorno de menor inflación", indicó. "De cara al segundo semestre, las proyecciones estiman un crecimiento del consumo masivo de 5,8% para 2025 (y 4,1% en 2026), condicionado a la estabilidad macroeconómica, mantenimiento del proceso desinflacionario y mejora del ingreso de las familias", vaticinó. "En cuanto a la estrategia de Molinos, durante el primer semestre del ejercicio la compañía logró fortalecer su posición en el mercado, apalancándose en la fortaleza de su portafolio de productos y marcas, en un entorno cada vez más competitivo. De cara a los próximos meses, continuará enfocándose en mejorar la eficiencia operativa, la optimización de costos y la adecuada gestión de márgenes, adaptándose de forma ágil a las nuevas tendencias del consumo capturando nuevas oportunidades de negocio y crecimiento", señaló. "En este sentido la compañía, que ha finalizado con éxito la modernización de sus sistemas de gestión y de sus procesos productivos y operativos, confía en consolidar y capitalizar el fortalecimiento de la competitividad, la eficiencia y con ello impulsar una mejora sostenida en los resultados económicos", finalizó.