

El presidente Javier Milei cerró el Encuentro de Líderes ante más de 60 CEO y dirigentes de diversas compañías de todos los sectores.
Luego de una jornada cargada de debates privados, diagnósticos sectoriales y pedidos concretos del empresariado sobre previsibilidad, acceso al financiamiento y alivio impositivo, el Presidente comenzó su discurso con un argumento central: mantener el orden macroeconómico sin retroceder en ninguna de las correcciones que hizo en el primer año de gestión.
Uno de los primeros tópicos que abordó fue el tipo de cambio y la acumulación de reservas. “Si yo tuviera roll over, ¿qué es eso de estar pensando en que tengo que tener reservas para pagar?”, cuestionó, aunque reconoció que el “riesgo kuka” condicionó esa estrategia en los primeros meses.
Explicó que comprar dólares sin demanda genuina de pesos sería un “mecanismo injusto” porque expande la base monetaria y genera más inflación. “¿A ustedes les parece que es justo comprar artificialmente un seguro arruinando a los que menos tienen?”, planteó ante el auditorio. Y agregó: “Los que me están pidiendo que haga eso me están pidiendo que les arruine la vida a los argentinos”.
El Presidente también repasó el esquema cambiario. Defendió las bandas como instrumento para contener la volatilidad y reiteró que la meta es converger a un tipo de cambio libre, pero “cuando las condiciones estén”. El objetivo, remarcó, es evitar saltos que desordenen la economía justo cuando empieza a estabilizarse.
“El ajuste más grande de la historia”
Sobre la herencia financiera, volvió a marcar distancia de Mauricio Macri. Recordó que la gestión de Cambiemos tomó cerca de u$s 60.000 millones de deuda neta y afirmó que “nunca se hizo el ajuste fiscal”. “En vez de hacerlo, aumentaron el déficit. Nosotros hicimos un ajuste de 15 puntos del PBI. Tenemos equilibrio fiscal”, comparó.
En esa línea, ratificó que su programa no depende de financiamiento externo para sostenerse. Sin embargo, reconoció que el Gobierno planea salir al mercado para refinanciar vencimientos y no descartó tomar “algo más” si la oportunidad aparece. “Cambio el perfil de vencimiento, bajo la tasa y además me guardo algunos dólares extra por si tengo problemas. Parece más razonable”, sostuvo.
La idea fue reforzada por el ministro de Economía, Luis Caputo, quien abrió la jornada y confirmó conversaciones con bancos por un repo. Según dijo, se ofrecieron entre u$s 6000 y 7000 millones para cubrir un vencimiento en enero de menos de u$s 5000 millones. Milei admitió que, si el mercado acompaña, podría aprovechar para sumar fondos adicionales.
La presión por acumular reservas atravesó todo el encuentro. En el Gobierno descartan emitir para engrosar el colchón del Banco Central y aseguran que esa recomposición llegará cuando la economía genere más pesos. “Si la deuda se rollea en el mercado, no necesito comprar reservas”, insistió Milei, quien volvió a cuestionar “comprar reservas a costa de empobrecer a los argentinos”.
También dejó claro que no habrá vuelta a instrumentos como Leliqs o Lebacs. “No queremos volver a eso porque no queremos más inflación en la Argentina”, dijo. Y reconoció que el incumplimiento de la meta de reservas con el FMI podría derivar en un pedido de waiver, aunque volvió a señalar que, con refinanciamiento, el colchón pierde relevancia. Para el organismo, sin embargo, sigue siendo uno de los pilares del acuerdo junto con la no emisión y el equilibrio fiscal.
Privatizaciones
Entre las alternativas para reforzar las reservas, Milei mencionó una combinación de deuda, roll over y privatizaciones. Estas últimas, afirmó, permitirían sumar activos al Balance del BCRA sin incrementar pasivos. En la platea lo escuchaban de cerca Caputo, el vicepresidente del Central Vladimir Werning, el canciller Pablo Quirno y los asesores Federico Furiase y Felipe Núñez, además de Karina Milei y la diputada Lilia Lemoine.
También habló del vínculo con Estados Unidos. Aseguró que “sólo se usaron u$s 2000 millones” del swap y minimizó la idea de un salvataje más amplio. A la vez, reconoció que el dólar sigue siendo un activo seguro para los argentinos y que el mercado cambiario aún es poco profundo: “Se operan u$s 200 millones diarios y una sola operación grande puede volcar el tipo de cambio”.
Ese diagnóstico lo llevó a un mensaje hacia sectores protegidos. “Para solucionar esto hay que abrir más la economía. El que pide protección pide salarios más bajos, son empresarios prebendarios”, lanzó ante las alertas por el aumento de importaciones.
La balanza comercial, según estimaciones privadas, cerraría el año con un superávit menor a los u$s 8000 millones. Para que las reservas crezcan por vía comercial, faltan aún el despegue minero y de Vaca Muerta asociados a nuevas inversiones. Por eso, la vía financiera gana peso en la estrategia oficial.
Durante el cierre, Milei también se detuvo en su relación con el sector privado y dejó una frase que resonó fuerte. “Tengo que reportarle a 47,5 millones de argentinos, no a tres o cuatro atorrantes del círculo rojo que vivieron de empobrecer a la Argentina”.
En lo político, sostuvo que el Congreso será determinante para la velocidad de las reformas y dejó abierta la puerta a que un reacomodamiento legislativo modifique el margen de acción del Gobierno el próximo año. Y dejó otra definición sobre 2025: “Si no resuelvo los problemas, estaría muy bien que no me renueven el contrato”.













