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La reconfiguración del consumo obligó a muchas compañías a moverse más rápido de lo que estaban acostumbradas. La estabilidad que empieza a asomar todavía convive con un presente incómodo, que empuja a revisar procesos y a tomar decisiones que hace unos años parecían impensadas.

En ese escenario, Gabriela Benac, dueña de Lácteos Luz Azul, describió un giro obligado. “Nos animamos a dar un paso diferente y llegar de forma directa al consumidor final. Primero con locales propios y después con una expansión grande vía franquicias”, contó. La marca, nacida en Azul, multiplicó su presencia durante la pandemia con 40 aperturas en apenas un año y medio.

Ese impulso chocó con una realidad más dura durante el último tiempo. “El comercio chico se quedó prácticamente sin rentabilidad. Las ventas del consumo masivo cayeron terriblemente y no se pudo acompañar la inflación este año”, explicó.

Frente a cierres que empezaron a multiplicarse, la empresa decidió absorber los locales y operarlos de manera directa. “No podemos darnos el lujo de cerrar. Tuvimos que eliminar intermediarios porque la cadena de valor no da”, señaló Benac.

Profesionalizarse, la clave

El movimiento abrió otra discusión interna: la profesionalización. “Hay que capacitar a ese comerciante para que se convierta en empresario. Hoy ya no se puede poner todo bajo la alfombra. Antes aumentábamos precios y funcionaba; eso ya no existe más”, remarcó. Y dejó una lectura final: “A corto plazo es trágico, pero a largo plazo es la Argentina que necesitamos”.

Desde la petroquímica, el diagnóstico también apunta al cambio estructural. Dolores Brizuela, presidenta de Dow para la Argentina y la Región Sur, describió un mercado global con sobreoferta y menos demanda que la prepandemia. “China incrementó de manera enorme su capacidad instalada y está generando una presión fuerte sobre toda la industria”, comentó.

Aun así, destacó un diferencial local: “Vaca Muerta nos pone en una posición más resguardada. Pero igual tenemos que repensar cómo organizarnos y qué hacer distinto”. Para la ejecutiva, el desafío es cultural: “El mundo que viene no se parece al que vivimos. Necesitamos eficiencia”.

El análisis macro lo completó Mariana Camino, CEO de ABECEB. “La Argentina está en un ‘momentum’ de apertura, pero con costos que todavía no permiten exportar lo suficiente”, señaló. Según dijo, el modelo económico entró en una etapa más firme tras las últimas elecciones legislativas. “Eso fortalece el rumbo. En 2026 y 2027 podríamos estar en otra fase, con una Argentina integrada al mundo”.