La investigación clínica en Argentina evolucionó significativamente en las últimas décadas. Tras años de desafíos regulatorios y estructurales, los centros de estudio comenzaron a adaptarse a nuevas normas y procesos, lo que generó un entorno más ágil y competitivo. En este contexto, los organismos de control también se actualizaron y hoy son parte importante de que la Argentina esté camino a convertirse uno de los hubs de investigación clínica en la región.

“Empezamos en 2001 y atravesamos cambios muy importantes. Hoy estoy muy contenta, muy desafiada, muy presionada por un cambio que en realidad es muy positivo”, dijo Laura Maffei, especialista en endocrinología y directora del Centro Médico Maffei e Investigación Clínica Aplicada. La profesional destacó que los estudios se aprueban “a una velocidad que realmente nos acerca a donde tenemos que estar y que ANMAT ha evolucionado, lo que permite que Argentina se mantenga competitiva”.

Según Maffei, los centros privados fueron clave en este desarrollo: “Hemos puesto mucho para poder colaborar y que la Argentina sea un hub en investigación clínica. Inversión, desarrollo, actualización, auditorías, inspeccione. Todo eso fue fundamental”. Añadió que, en años anteriores, “nos encontramos con trabas regulatorias que hicieron que los estudios y la industria farmacéutica se fueran”,porque los retrasos impedían el reclutamiento a nivel mundial.