La cuarta generación de la familia de bodegueros Pulenta decidió hacerse cargo de un nuevo proyecto y darle una impronta joven y ecológica. Se trata de la nueva línea de vinos La Flor, que aun parte de la tradicional bodega familiar Pulenta Estate, tomó un camino completamente innovador.

Nina, Eduardo y Diego (hijos de Hugo y Eduardo Pulenta, hoy a cargo de la compañía de más de 100 años) se juntaron con el equipo enológico más joven para la nueva creación, que además tiene imagen y etiqueta completamente innovadoras y artística.

La historia comenzó hace ya cinco años, "cuando decidimos tomar la línea La Flor y empezar a darle nuestra impronta, buscando crear vinos con el equipo enológico más joven de la bodega" relató Eduardo Pulenta (hijo), cuarta generación y gerente comercial de Pulenta Estate.

El cambio de imagen estuvo a cargo de Nina Pulenta, Europe & Asía Brand Ambassador y Directora de Marketing de la bodega. "Veníamos haciendo observaciones sobre esta línea y nos dieron la oportunidad de tomar la línea completamente y desarrollarla como proyecto propio y ambicioso", dijo.

Para este proceso, según contó la ejecutiva a El Cronista, se trabajó con un prestigioso estudio en Shoreditch, Londres, especializado en diseño sustentable y a cargo de la imagen de la Bienal de Venecia entre otros proyectos. Una de las razones de esa elección fue que el estudio nunca había trabajado para una bodega.

La Flor, nueva línea de Bodega Pulenta Estate
La Flor, nueva línea de Bodega Pulenta Estate

"Buscamos una imagen que represente el estilo de los vinos de La Flor y también que nos identifique a nosotros como generación. El diseño final es súper minimalista, simple y elegante. Trabajamos un año en su desarrollo y sentimos que pudimos transmitir el espíritu de la marca y sus valores", comentó Nina Pulenta.

"La Flor es también un reflejo de lo que hemos aprendido y hacia dónde nos dirigimos. Al igual que nuestros padres, lo estamos haciendo a nuestra manera", agregó Diego Pulenta.

Hoy, la compañía exporta a 28 países. El principal comprador es Estados Unidos, después Inglaterra y luego Brasil. La mitad de la producción, de hecho, se vende al mundo. "Mantener el 50% destinada al mercado argentino es una decisión estratégica. Somos argentinos y queremos estar fuertes acá", aclara Nina Pulenta.

"Como es Argentina, con reglas cambiantes, la ecuación es difícil de hacer. Hoy por el valor al que está el dólar se complica", dijo la ejecutiva y aclaró que con el anunciado 'dólar Malbec' están intentando ver los detalles para adecuarse. "Todo lo que pueda colaborar, suma y es bienvenido", dijo.

En Pulenta, hace siete años tomaron la distribución propia en la Argentina. También parte del cuidado del mercado interno. La bodega está en crecimiento. Nina Pulenta dice que esa mayor producción implica inversiones constantes -solo una barrica cuesta 3000 euros y hay 1300 que se renuevan constantemente- que más que enfocadas al volumen están dirigidas a una mayor comodidad en cuanto a la capacidad.

También, tienen una política especial para los precios. "Nos acompaña el precio para la alta gama, que sobre todo nos reconocen mucho en los mercados del exterior. La línea La Flor, que es de entry level, se va a comercializar por $ 2550.

El nuevo vino estará a la venta desde mayo en vinotecas y restaurantes. La línea está compuesta por Malbec, Cabernet Sauvignon, el blend que Cabernet Sauvignon-Merlot y Malbec, un rosado y un espumante. La idea es ampliar la línea varietal.

Nina recrea su árbol genealógico ligado desde su bisabuelo a los vinos. "Mi bisabuelo empezó con la bodega en una escala mucho más pequeña; mi abuelo muy ayudado por uno de sus hermanos que fundaron Peñaflor e hicieron todo el desarrollo de esa bodega y luego la vendieron en 1997. Mi abuelo se quedó con las fincas que amaba y en ese lugar, mi papá y mi tío fundaron Pulenta Estate". Nina es hija de Hugo Pulenta, un fanático de los autos que hace más de 30 años es el número uno de Porsche en la Argentina y Uruguay.

Desde el aspecto de la sustentabilidad, Nina Pulenta cuenta que el "El 75% de la huella de carbono de un producto se define en la etapa de diseño. En finca y bodega ya hacemos un trabajo enorme por ser lo más eficientes posible con nuestros recursos, pero queríamos dar un paso más en este producto así que también vamos a cambiar las botellas, que ahora serán botellas ecológicas con vidrio reciclado.

La producción cuenta con la instalación de 250 paneles solares para generar 100% de la energía consumida. Además, cuenta con el primer punto de carga en una bodega argentina para autos eléctricos.

El manejo de la vegetación con técnicas vitivinícolas y agrícolas sustentables, tiene el objetivo de alcanzar un equilibrio natural en el ecosistema. Cuentan con un programa de biodiversidad propio.

El uso eficiente del aguas subterráneas para riego por goteo es otro de los pilares, con una planta de tratamiento de afluentes, que limpia el agua que se usó en la bodega antes de devolverla al sistema.

Para esta nueva creación se armó un Wine Studio, que consistió en una instalación en una galería de arte, un pop-up durante cinco días con diversas propuestas sensoriales. Se presentó el laboratorio de aromas de La Flor, una actividad lúdica, basada en el prestigioso entrenamiento francés de Le Nez Du Vin, donde los invitados tuvieron que descubrir las notas de los vinos de La Flor.