

El gigante alimenticio brasileño JBS acaba de convertirse en el mayor procesador mundial de pollos con la compra de la firma Seara, que pertenecía a su competidora, Marfrig.
Tras desembolsar u$s 2.700 millones en un acuerdo que terminó de cerrarse esta semana los dueños de la empresa argentina Swift desplazaron así del podio a su competidora, la estadounidense Tyson Foods. Por ese valor, JBS le compró también a Marfrig la curtiembre Zenda.
De esta forma, y tras haber logrado el visto bueno del Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE) de Brasil para la adquisición de Seara, el imperio de la familia Batista suma otro récord: ya era el principal procesador mundial de carne vacuna. Adicionalmente, pasa a ocupar al segundo lugar en el ranking de procesadoras de alimentos de Brasil, detrás de BrasilFoods (BRF), dueña en la Argentina de marcas emblemáticas como Paty y Dánica.
Según explica el medio brasileño Revista Dinheiro, con sus últimas adquisiciones, JBS alcanzará una facturación cercana a los u$s 45.000 millones en 2013, incluso por encima, por ejemplo, de lo que facturará la minera brasileña Vale, convirtiéndose así en la mayor empresa privada no financiera de Brasil.
JBS opera en más de 150 países, tiene unas alrededor de 300 plantas de producción y procesamiento y emplea directamente a 140.000 personas.
Esta dimensión y su plan expansivo le permite a la firma consolidarse en un negocio que, cada vez más, pertenece a capitales brasileños. De hecho en el ámbito del Mercosur, en términos de procesamiento de carne bovina, el segundo puesto le pertenece a Marfrig, dueño de algunos activos que fueron de Quickfood en la Argentina; y el tercero, a Minerva, que no tiene presencia local pero es un gigante regional. El cuarto lugar es para BRF.
Así y todo, la Argentina es cada vez menos atractiva para estos grupos inversores. JBS, por caso, está prácticamente en retirada del país. Luego de un rápido proceso de expansión, tras el cual logró operar siete establecimientos de faena en el país, solamente mantiene bajo su propiedad un establecimiento en la localidad de Gobernador Gálvez, en Santa Fe.
Marfrig, por su parte compró a la dueña de Paty, Quickfood, en 2007. Pero por orden de la autoridad de defensa de la competencia en Brasil debió en 2011 permutar activos con BRF, y dejó, entre ellos, la marca líder de hamburguesas, y mantuvo cuatro plantas de faena en el país.
Este año, cerró una de las fábricas, la de Vivoratá, en la Provincia de Buenos Aires, pero las demás siguen operando.
Otro gigante que desapareció del espectro fue Cargill, que se fue del país en 2011 y prácticamente remató sus dos plantas de faena, que quedaron en manos locales.













