

La crisis de la industria automotriz sigue sumando desempleados en Brasil.
Ayer, la fabricante alemana Daimler anunció que eliminará 1.500 empleos adicionales en su planta de camiones en Sao Bernardo do Campo, ubicada cerca de San Pablo, en respuesta a un desplome de la demanda.
La marca europea ya había eliminado cerca de 3000 puestos en el país vecino reduciendo su fuerza de trabajo en la mayor economía de América Latina a 11.854 empleados hasta fines de junio y ya había advertido que aún tenía un exceso de cerca de 2000 trabajadores en la planta que ha estado operando con menos del 60% de su capacidad.
Pero no es la única con problemas. También ayer los empleados de la planta de Mercedes Benz ubicada en la misma zona lanzaron una huelga por tiempo indeterminado en respuesta a los despidos en la automotriz. La empresa envió la semana pasada telegramas a trabajadores aprendices para asistir solicitandoles que se presenten el 1 de septiembre para firmar la rescisión del contrato. Y la respuesta de los 7000 empleados fue un paro votado por unanimidad.
En paralelo, los cerca de 4000 operarios de General Motors pusieron fin a la huelga iniciada hace dos semanas por el despido de 798 empleados tras ser respaldados por la Justicia.
Los empleados llevaban 12 días de protestas y huelgas en la planta ubicada en las cercanías de la de Mercedes Benz y Daimler, en la zona del Gran San Pablo. Se necesitó la intervención del Tribunal Regional de Trabajo, que declaró nulos los despidos, para que los trabajadores acordaran poner fin a la huelga, según informó el Sindicato de Metalúrgicos de São José dos Campos en su portal de internet.













