

El argentino Gonzalo Ramírez Martiarena, CEO global de Louis Dreyfus Company (LDC), consideró como una "injusticia" la acusación de dumping contra los productores argentinos de biodiésel, realizada en los Estados Unidos, país al que la Argentina le exporta el 90% del biodiésel que envía al exterior.
Según el ejecutivo, la Argentina no vende biodiésel por debajo del costo: "Para nosotros es muy importante que la Argentina como país defienda el caso como corresponde y lo lleve hasta el final. Hasta ahora hizo un buen trabajo", sostuvo Martiarena, en una entrevista realizada en el marco de la Cumbre de Commodities para las Américas organizada por el Financial Times (FT), organizado en Buenos Aires.
La incertidumbre crece a medida que pasan las semanas y se acerca una inminente definición que se anunciaría en el mes de agosto (una revisión preliminar), para un mercado que mueve un volumen de u$s 1240 millones. Según expresaron fuentes del sector, todavía resulta prematuro tener novedades de lo que podría suceder, ya que el proceso se encuentra en fase de investigación, aunque las expectativas son medidas. "Las empresas y el Estado argentino ya enviaron las respuestas a los cuestionarios que se hicieron desde Estados Unidos y están colaborando con la investigación", afirmaron desde la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio).
La problemática surgió hace unos meses por una acusación de dumping, solicitud de investigación presentada por la National Biodiésel Board (NBB) ante el Departamento de Comercio de los Estados Unidos. En mayo, la Comisión Internacional de Comercio de aquel país votó para que se siga el proceso, por supuestos subsidios injustos al biodiésel de Argentina.
El CEO de LDC afirmó que espera que la Argentina gane el caso como lo ganó también respecto a la Unión Europea, que planteó hace unos años una acusación similar (y de la que la Organización Mundial de Comercio confirmó el año pasado la ilegalidad de las medidas antidumping europeas contra el biodiésel argentino, un mercado que se encuentra cerrado desde hace cinco años por este motivo). "Es probable que Europa, como mercado, se abra antes de que Estados Unidos se cierre, sería lo ideal. Si no sucediera, lo que hay que hacer es buscar un comprador en otra parte del mundo", sostuvo.
En tanto, Martiarena también se refirió a la quita gradual de retenciones a la soja, de reducción de la tasa al 0,5% mensual a partir de 2018, tal como anunció el Gobierno de Macri, proceso al que consideró de "lento". "Si no se acelera el proceso se corre el riesgo de perder competitividad contra lo que Brasil está desarrollando en logística", explicó el directivo.
En cuanto a la coyuntura global del sector afirmó que se está ante la revolución más importante de la agricultura de la China moderna, refiriéndose a la decisión del gobierno chino de comenzar un proceso de dejar de subsidiar la producción. "China es consciente que estructuralmente no tiene ni la tierra ni el agua para producir los alimentos que necesita, y que países como Rusia, Ucrania, Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina pueden producir mucho más de lo que necesitan, de ahí se compone el balance productivo mundial", destacó.
En ese sentido, resaltó la mayor demanda mundial de alimentos proteicos, como carne de pollo y cerdo, y la tendencia, sobretodo en Europa, hacia el consumo de alimentos libres de gluten, propensos a la harina de legumbres y otras opciones sin esa proteína. "Países como Rusia y Ucrania ya comenzaron a adoptar políticas de largo plazo aspirando a ser jugadores relevantes del mercado global de alimentos, mientras que Brasil está invirtiendo ferozmente para mejorar su logística". Respecto a la Argentina destacó que "factores como la eliminación total de las retenciones, la inversión en infraestructura y la reactivación del ferrocarril que garantice el open access, repercutirán en mejores márgenes para el productor y reactivará toda la cadena de valor".












