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A la hora de aliviar ciertos malestares corporales, como lo son la inflamación de estómago y el dolor de garganta, el té de jengibre con limón y miel sin dudas se lleva todas las miradas por sus asombrosos resultados.

Desde el siglo IX, el jengibre ha sido un ingrediente estrella de la medicina oriental. Las preparaciones elaboradas a base de esta planta para aliviar distintas dolencias han perdurado a lo largo de los siglos, consolidando su lugar en la tradición medicinal.

Al día de hoy, estas recetas son de las más solicitadas no sólo por la efectividad que demuestran sino también por la sencillez a la hora de prepararlas. Checa cuáles son los beneficios que se obtienen y el paso a paso que debes seguir.

¿Qué beneficios a la salud aporta el jengibre?

Según detalla la Clínica Cleveland, el jengibre fresco contiene gingerol, un compuesto antioxidante con capacidad para reducir enzimas inflamatorias. Investigaciones citadas por la especialista O'Neill destacan su papel en el alivio del dolor, especialmente en casos de cólicos menstruales y molestias artríticas. En un ensayo clínico, incluso mostró resultados prometedores para aliviar el dolor de rodilla asociado a la osteoartritis.

El jengibre seco mantiene parte de sus beneficios, pero al calentarse el gingerol se transforma en otro compuesto menos potente. Además, su acción no es inmediata: a diferencia de los analgésicos de venta libre, su efecto es progresivo. Muchas personas notan la diferencia tras varios días de consumo constante, lo que lo convierte en una alternativa natural de apoyo a largo plazo.

Al mismo tiempo, es reconocido por su acción contra las náuseas. A diferencia de las bebidas comerciales como el ginger ale, que rara vez contienen jengibre real, la raíz fresca puede ayudar con náuseas matutinas, mareo por movimiento e incluso los efectos secundarios de la quimioterapia.

Según O'Neill, este efecto se debe a que el jengibre mejora la motilidad gástrica y bloquea los receptores de serotonina en el intestino, calmando los nervios que provocan el reflejo del vómito.

En lo que respecta a los malestares de garganta, el jengibre tiene propiedades antiinflamatoria que pueden colaborar en la reducción de la inflamación y el dolor, por lo que se vuelve un gran aliado para aliviar irritaciones y molestias que causan algunas infecciones leves o resfriados.

¿Cómo preparar té de jengibre con limón y miel?

Una de las ventajas que ofrece el té de jengibre con miel y limón es su sencillo método de preparación, que incluye pocos ingredientes e implica seguir un sencillo paso a paso:

Ingredientes

  • (1 taza) - 250 ml de agua.
  • 2-3 cm de raíz de jengibre fresco (aprox. 1-2 cucharadas si está rallado).
  • 1 cucharada de miel (ajusta a tu gusto).
  • 1/2 limón (jugo).
  • Opcional: una rodaja de limón o una ramita de menta para decorar.

Procedimiento

  1. Lavar bien el jengibre. Pelar si no es orgánico; si es orgánico, se puede dejar la piel tras raspada.
  2. Cortar el jengibre en láminas finas o rallarlo para un sabor más intenso.
  3. En un cazo, poner los 250 ml de agua y añadir el jengibre. Llevar a ebullición suave.
  4. Reducir el fuego y dejar hervir a fuego bajo 5-10 minutos según la intensidad deseada (5 min = suave, 10 min = fuerte).
  5. Apagar el fuego y retirar del calor. Dejar reposar 1 minuto.
  6. Verter el líquido en una taza para separar el jengibre.
  7. Esperar que el agua esté caliente pero no humeante (para no dañar la miel). Añadir la miel y remover hasta disolver.
  8. Añadir el jugo de ½ limón y remover. Probar y ajustar miel o limón a gusto.
  9. Decorar con una rodaja de limón o menta si quieres. ¡Listo para disfrutar!