Al momento de pensar en un complemento ideal para acompañar una dieta, las infusiones juegan un rol fundamental. La extensa variedad de tés que pueden encontrarse en todo el mundo es directamente proporcional a los múltiples beneficios que aporta.
Uno de los que ha comenzado a tomar trascendencia en el último tiempo tiene documentado su uso medicinaldesde hace varios siglos, a través de los escritos que realizaban médicos persas de merecida fama como Ibn Sina, más conocido como Avicena.
¿Cuál es el origen del diente de león?
Se trata de una planta de la familia de las Asteráceas y su tamaño no suele superar los 35 cm de alto. Es originaria de Europa y Asia, aunque en la actualidad puede registrarse en distintas partes del mundo.
Suelen crecer en prados, terrenos baldíos y en ocasiones algunos las pueden considerar como una especie de maleza.
Su nombre lo debe a la forma de sus hojas ya que cuando se encuentran completamente desarrolladas adquieren una forma dentada. En la base, se genera una roseta, de la que sale el tallo floral, hueco y erecto, que termina en una corola amarilla.
¿Qué beneficios tiene tomar un té de diente de león?
Una de las grandes propiedades con las que cuenta el té de diente de león es la capacidad de funcionar como laxante. Las hojas tiernas de esta planta suelen utilizarse en ensaladas y se caracterizan por ser laxantes.
Por otro lado, en el siglo XVI adquirió notoria popularidad por sus propiedades diuréticas ante el aumento de la producción de orina y su doble acción sobre el hígado.
Cabe destacar que cuenta con un efecto colerético y estimula la producción de bilis. Además, facilita el vaciamiento de la vesícula biliar hasta el duodeno, favoreciendo la digestión de las grasas.
Su efecto doble sobre el hígado y los riñones, así como su función como laxante, vuelven a esta infusión ideal para la depuración y ladigestión.