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La salud de los miembros de la Corona Española se ha convertido en un foco de preocupación para los seguidores de la realeza. A la incertidumbre generada por la avanzada edad de la reina Sofía, se suma el delicado estado de su hermana menor, la princesa Irene de Grecia, quien padece un Alzheimer avanzado.

La princesa Irene, hermana de la reina emérita Sofía, enfrenta una dura batalla contra esta enfermedad neurodegenerativa que afecta progresivamente la memoria y otras funciones cognitivas. La noticia de su diagnóstico se hizo pública en octubre de 2023, generando una ola de preocupación por la hermana de la monarca.

Este nuevo revés en la salud de un miembro cercano a la Familia Real se suma a los ya conocidos problemas que han afectado a la reina Sofía y al rey Juan Carlos I, ambos octogenarios. La fragilidad de su salud ha mantenido en vilo a la opinión pública y a los admiradores de la Casa Real.

Preocupación en la Corona por la delicada salud de un miembro de la Familia Real

Según trascendió en medios españoles, fue precisamente la reina Sofía quien primero notó los síntomas incipientes del Alzheimer en su hermana. La monarca habría percibido cómo Irene comenzaba a olvidar recuerdos fundamentales de su infancia. Otro indicio preocupante es la dificultad que la princesa enfrenta ahora para reconocer rostros familiares.

La relación entre las hermanas Sofía e Irene siempre ha sido especialmente estrecha. La reina ha demostrado un profundo afecto y preocupación por el bienestar de su hermana menor, manteniéndose muy pendiente de su cuidado. Este fuerte lazo familiar también explicaría el profundo arraigo que la reina Sofía siente por Grecia, su tierra natal, a pesar de haber establecido su residencia en España hace muchos años.

La última voluntad de la Reina Sofía de España

Precisamente este vínculo con Grecia habría motivado una de las últimas voluntades expresadas por la reina Sofía. La monarca habría solicitado que, tras su fallecimiento, su cuerpo sea incinerado y sus cenizas esparcidas en las aguas del Mar Egeo. Esta decisión marcaría una ruptura con la tradición de la realeza española de ser sepultada en el Monasterio de El Escorial.

La delicada situación de la princesa Irene de Grecia añade un nuevo matiz de tristeza y preocupación a la Casa Real Española, en un momento ya marcado por la incertidumbre sobre el futuro y la salud de sus miembros más emblemáticos. El avance del Alzheimer en la hermana de la reina Sofía subraya la fragilidad de la vida y el impacto de enfermedades degenerativas en el seno de las familias, incluso en las más reales.