

En medio de la celebración de sus "bodas de porcelana" y tras un reciente e histórico viaje de Estado a Italia, un detalle particular ha salido a la luz sobre la vida matrimonial del rey Carlos III y la reina Camila: cuál es su secreto para mantener su amor y la armonía de la pareja con el paso del tiempo.
La periodista especializada en la familia real británica, Helena Chard, compartió con Fox News un dato revelador sobre la relación de los monarcas. La pareja real convive en la residencia londinense de Clarence House donde gozan de todas las comodidades acorde a su estilo de vida.
El secreto mejor guardado del Rey Carlos y su esposa Camila
De acuerdo a las declaraciones de la periodista especializada, la pareja real opta por dormir en habitaciones separadas. Este arreglo, lejos de ser un indicio de problemas, es presentado como una clave para su felicidad conyugal.
"Se conocen desde muy jóvenes y son grandes amigos. No hay rivalidad entre ellos. También han encontrado la mejor manera de dormir. En Clarence House, tienen el privilegio de tener sus propias habitaciones además de la compartida", afirmó Chard, quien ha destacada la madurez y la solidez del entendimiento en su vínculo.

La residencia londinense de Clarence House, que alguna vez fue el hogar de la abuela del rey Carlos y a la que los entonces Príncipes de Galesse mudaron en 2002, es el escenario de este acuerdo. Se ha confirmado que Carlos y Camila disponen de un dormitorio individual cada uno, además de un espacio compartido, lo que les permite la independencia y la comodidad que valoran.
Los verdaderos motivos de por qué el Rey Carlos III duerme separado de su esposa Camila
Según reportes de la prensa británica, la principal razón detrás de esta decisión radica en la salud del rey. Carlos III sufre de dolores de espalda, una condición que le lleva a preferir dormir solo para su mayor confort. Sin embargo, no es la única motivación; también se ha señalado que el deseo de conservar una cierta autonomía personal ha influido en esta elección de vida.
Este enfoque en la independencia se extiende más allá de Clarence House. Los reyes también cuentan con residencias individuales donde pueden retirarse a descansar, además de su hogar compartido, subrayando una filosofía que prioriza el bienestar personal dentro de los confines de su vida en pareja y sus exigentes roles públicos.













