El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) puso en marcha una medida que impactará a más de 4 millones de personas jubiladas en todo el país. Se trata de un sistema de verificación biométrica que ahora es requisito indispensable para todos los beneficiarios de pensiones, sin excepción de régimen.
Esta iniciativa forma parte de una modernización en los procesos de identificación a nivel nacional, aunque muchos pensionados aún desconocen que deben cumplir con este procedimiento para evitar contratiempos en el cobro de sus prestaciones.
¿Qué es exactamente el registro biométrico y por qué es obligatorio?
La verificación biométrica consiste en un proceso tecnológico donde se capturan características físicas únicas de cada persona, como huellas dactilares, reconocimiento facial o datos del iris. El IMSS implementó este sistema como mecanismo de seguridad para garantizar que las pensiones lleguen efectivamente a sus legítimos beneficiarios y prevenir posibles fraudes o duplicidades en los pagos.
Este trámite no distingue entre los diferentes tipos de régimen pensionario. Tanto quienes reciben pensión por cesantía, vejez, invalidez o viudez deben completar el registro.
Cómo completar el trámite sin complicaciones
Para realizar el registro biométrico, los pensionados deben acudir personalmente a los módulos habilitados por el IMSS en sus oficinas de atención. Es fundamental llevar identificación oficial vigente y, en algunos casos, documentación que acredite la condición de beneficiario. El procedimiento típicamente toma pocos minutos y consiste en la captura de datos biométricos mediante dispositivos especializados.
Es importante que los jubilados no pospongan este trámite, ya que su omisión podría derivar en la suspensión temporal del pago de la pensión hasta regularizar la situación.
Las implicaciones de no registrarse a tiempo
Ignorar o retrasar el registro biométrico puede tener consecuencias directas en el patrimonio de los pensionados. La principal preocupación es la interrupción en la entrega de los recursos mensuales que representan el sustento básico para millones de adultos mayores. Además, resolver estos problemas administrativamente suele implicar trámites que consumen tiempo y generan estrés innecesario.
El organismo público manifestó que esta actualización también beneficia a los propios pensionados, reduciendo riesgos de suplantación de identidad y asegurando que nadie más pueda acceder indebidamente a sus beneficios.
Sin embargo, enfrenta el reto de comunicar efectivamente esta exigencia a una población que en muchos casos tiene limitado acceso a información digital o dificultades de movilidad para acudir a las oficinas correspondientes.