La predicción del profeta ruso que se cumple un siglo después de su muerte: "Los hombres morirán por los venenos suspendidos en el aire"
Años después de su muerte, los historiadores descubrieron sorprendentes similitudes entre las ominosas advertencias del místico y el problema del calentamiento global.
Las inquietantes predicciones de Grigori Yefímovich Rasputin, profeta ruso del siglo XX, han resurgido con fuerza en los últimos años, especialmente a la luz de los desafíos ambientales que enfrenta la humanidad.
Si bien muchas de sus profecías están sujetas a interpretación, algunas de ellas parecen tener una alarmante correlación con los problemas actuales del cambio climático y el uso de agroquímicos.
La predicción de Rasputín sobre el cambio climático que cumple un siglo
Existen quienes sugieren que Rasputín anticipó el cambio climático. En sus profecías, se mencionan elementos como incendios, sequías, muerte, deforestación y enfermedades, escenarios que coinciden con las consecuencias que los científicos relacionan con el calentamiento global.
"El aire que hoy desciende a nuestros pulmones para llevar la vida, llevará un día la muerte. Y llegará el día en que no habrá montaña ni colina; no habrá mar ni lago que no sean envueltos por el hálito fétido de la muerte. Y todos los hombres respirarán la muerte, y todos los hombres morirán a causa de los venenos suspendidos en el aire. Enfermarán las plantas y morirán una tras otra. Los bosques se convertirán en un enorme cementerio, y entre los árboles secos vagarán sin rumbo hombres aturdidos y envenenados por las lluvias venenosas", escribió.
Siglos después, esta predicción resuena con fuerza en la actualidad, en un contexto marcado por el alarmante incremento de la temperatura global observado en el último año.
Las profecías más conocidas de Rasputín
Caída del Zarismo y Revolución Rusa
"No tendrán paz los vivos y no tendrán paz tampoco los muertos. Tres lunas después de mi muerte, veré de nuevo la luz, y la luz se convertirá en fuego. Será entonces cuando la muerte volará libremente en el cielo y se posará también sobre la familia imperial. Pasarán veinticinco años y la muerte volverá de nuevo a volar... Pasarán más años y la muerte, de nuevo, volará. El primer vuelo será para recoger el oro. El segundo vuelo será para recoger el plomo. El tercer vuelo será para recoger el grano".
Clonación e inseminación artificial
"El útero de la mujer será como la tierra de los ríos; estériles serán ambos. Y ello será incluso una gracia, porque el útero no estéril y la tierra no estéril parirán monstruos. Día desventurado será aquel en que el útero materno será comercializado, como se comercializa la carne de los bovinos. En este tiempo, el hombre, criatura de dios, se convertirá en criatura de la ciencia".
Corrupción
"Toda revolución pretende romper las cadenas de la esclavitud, pero una vez rotas, ya están preparadas otras cadenas. Desde los tiempos de las cavernas nada ha cambiado, y nada cambiará, porque siempre se impondrá el más artero, el más astuto y, a menudo, el más corrupto. El hombre será siempre esclavo".
Su propia muerte
"Siento que debo morir antes del año. Quiero hacer presente, no obstante, al pueblo ruso, al padre, a la madre de Rusia y a los muchachos, que, si yo soy asesinado por comunes asesinos, y especialmente por mis hermanos aldeanos rusos, tú, zar de Rusia, no tengas miedo, permanece en tu trono, gobierna y no temas por tus hijos, porque reinarán por otros cien o más años"
¿Quién fue Rasputín?
Grigori Yefimovich Rasputín fue un místico que ejerció una gran influencia en la corte del zar Nicolás II durante los últimos años del Imperio ruso.
Nacido en una aldea remota de Siberia, era un campesino semianalfabeto que afirmaba tener poderes curativos. Su figura controvertida se vio envuelta en rumores de libertinaje, misticismo y hasta satanismo.
En 1905, conoció a la zarina Alejandra, quien quedó profundamente impresionada por su personalidad y creyó que podía ayudar a su hijo hemofílico, Alexei.
De esta manera, se convirtió en un consejero cercano de la pareja real, ganando una influencia considerable sobre las decisiones políticas. Su figura polarizaba a la corte: algunos lo veían como un santo y sanador, mientras que otros lo consideraban un charlatán y un peligro para la nación.
En 1916, un grupo de nobles y políticos, liderados por el príncipe Félix Yusupov, lo asesinaron en un intento de debilitar el poder de los zares.