

"En casa de herrero cuchara de palo", con este popular y antiguo dicho, se podría encajar lo que está pasando desde 1700 entre la Iglesia católica y la masonería. Mientras el actual papa León XIV envía mensajes de amor y de paz al mundo, pidiendo y clamando por una paz urgente entre naciones en guerra, por debajo de la mesa se vive una fuerte interna entre el clero y los masones.
En las últimas horas, el sitio web Infovaticana dio a conocer detalles de la legendaria y al parecer, imposible de resolver, guerra ideológica y pragmática entre los masones y la doctrina de la Iglesia católica, hoy liderada por el papa León XIV. Esta fuente obtuvo el testimonio del obispo norteamericano Joseph Strickland, quien fue cesado por el Vaticano de forma en noviembre del 2023 bajo la orden del papa Francisco.
Joseph Strickland habló sobre la masonería, los masones y sus logias y las catalogó de nuevo como un "pecado grave".

"No se puede servir a dos señores": la rivalidad entre la Iglesia católica y la masonería
Strickland no se anda con rodeos. Aclara que no se trata de una postura personal, sino de una enseñanza constante de la Iglesia católica desde hace siglos. "Sal de ahí. Arrepiéntete. Confiesa. Cristo te espera con misericordia ", dice sin medias tintas.
Para él, un católico no puede formar parte de una logia y comulgar al mismo tiempo. Y aunque suena duro, insiste: "Esto no es dureza, sino amor". Amor que advierte, que busca salvar.
La postura rígida y celosa de la Iglesia católica de no permitir comulgar a sus fieles si se convirtieron a la masonería, difiere de las libertades de culto que profesa la masonería, pues los integrantes de las logias son libres de creer en quien cada uno desee.
Además, desarma una de las justificaciones más comunes: que la masonería moderna solo es una sociedad benéfica. "La caridad sin verdad no es caridad", responde. Según el obispo, los rituales secretos y el relativismo siguen siendo parte del corazón de las logias.

Kolbe, la Inmaculada y la claridad que no pasa de moda
El obispo Joseph Strickland también recordó a san Maximiliano Kolbe, quien presenció en 1917 una manifestación masónica con insultos al Papa. Su reacción no fue de odio, sino de fe: fundó la Milicia de la Inmaculada, consagrada a rezar por la conversión de los masones.
"La Inmaculada sola ha recibido de Dios la promesa de victoria sobre Satanás", escribió el mártir franciscano. Un mensaje claro en tiempos donde, según Strickland, algunos prefieren dialogar con las tinieblas en vez de combatirlas.
La lucha por siglos de la Iglesia católica con la masonería
La rivalidad entre la masonería y la Iglesia católica tiene raíces profundas y siglos de historia. Mientras la Iglesia defiende una verdad revelada centrada en Jesucristo, la masonería promueve el relativismo religioso y una visión del mundo basada en la razón autónoma y el humanismo.

Para el catolicismo, esta postura es incompatible con la fe, ya que niega el señorío de Cristo y reemplaza la gracia divina por el esfuerzo humano. Por eso, la Iglesia sigue considerando la pertenencia masónica un pecado grave y todo aquel que se convierta en masón es descomulgado.















