Expertos alertan sobre la alimentación en México: ¿por qué la carne está matando su salud?
Un reciente estudio de la UNAM reveló un notable cambio en la dieta del país y detalló cuáles son los riesgos de una alimentación basada en carne y ultraprocesados. Conocé los detalles.
Los mexicanos experimentaron un cambio en la alimentación: abandonaron una dieta basada en el maíz y frijoles, por una alta ingesta en carnes rojas. Esto daña su salud e impide la sustentabilidad, según advirtió en un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
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El consumo de alimentos en México tiene determinantes socioeconómicos, demográficos y geográficos. En el sur, sobre todo en zonas rurales, se conserva la dieta a base de maíz y frijol, mientras que en el norte y en las ciudades prevalece la alta ingesta de carnes rojas, que daña la salud e impide la sustentabilidad, reveló la UNAM.
"La dieta tradicional mexicana, que antes era predominante en el país, ahora es la principal de una proporción pequeña de la población que apenas llega al 6%", explicó la investigadora del Instituto de Geografía de la UNAM, Louise Guibrunet, en un comunicado emitido el domingo.
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Y añadió: "El 94% restante, el frijol y el maíz son reemplazados por trigo y carne. Este aumento de la dieta 'globalizada' tiene graves consecuencias para la salud y la sustentabilidad".
Riesgos de una dieta basada en carne
Este cambio se conoce como "transición nutricional" y va de la mano con otra que es epidemiológica, la cual "se refiere a cambios en la prevalencia de enfermedades y causas de muerte", explicó la profesora de asignatura en la Facultad de Medicina y coautora de la investigación, Ana Gabriela Ortega.
"Por ejemplo, antes había más infecciones y ahora se incrementan las enfermedades crónicas", señaló Ortega.
En el trabajo 'Determinantes socioeconómicos y demográficos del consumo de alimentos en México', publicado en la revista PLOS ONE, Ortega Ávila explicó que "la transición nutricional contribuye a que las personas se enfermen con más frecuencia de padecimientos relacionados con la alimentación como diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares".
Consecuencias ambientales del consumo de carne
En términos de sustentabilidad, precisó Guibrunet, "es preocupante la alta deglución de carne que sustituye a proteínas vegetales como el frijol. La de res, en particular, tiene un impacto ambiental mayor".
Explicó que en comparación con el cultivo de un kilo de frijol, la producción de un kilo de carne implica:
- La emisión de 30 a 100 veces más gases de efecto invernadero
- Se requiere de seis a 40 veces más área agrícola
- De cuatro a siete veces más agua se eutrofizan, es decir, se aporta en exceso nutrientes inorgánicos procedentes de actividades humanas
- Se requiere de 40 a 50 veces más agua.
Los cuatro grupos dietarios en la población mexicana
Los expertos señalaron importante "recuperar la dieta tradicional mexicana para mejorar la salud, disminuir los impactos ambientales y conservar el patrimonio biocultural nacional". E identificaron cuatro grupos según sus hábitos alimenticios:
Alimentos básicos
Tiene una proporción relativamente mayor de consumo de maíz y legumbres (frijol). Son el 6% de la población.
Grupo prudente
Comen relativamente más frutas, verduras y lácteos, e incorpora comestibles de manera equilibrada. Representa el 26% de la población.
Alto en carne
Este grupo consume más carne y cereales. Refiere al 60% de la población.
Bajo en frutas
En este caso, el consumo se caracteriza por más huevos, aceites, grasas y azúcar, pero menor proporción fruta, carne y verduras. Equivale al 8% de los habitantes.
Recomendaciones de los expertos
Señalaron que, en materia de salud, "las cercanas a la dieta tradicional protegen contra la obesidad y el sobrepeso, pues sus consumidores presentan menor grasa corporal, circunferencia de cintura e índice de masa corporal". Además, la adherencia a la dieta representativa mexicana se asocia con niveles bajos de colesterol en sangre y de insulina.
"En cuanto a sustentabilidad es crucial comer la mayoría de proteína vegetal, como frijol, y que los cultivos sean producidos de manera amigable con el medio ambiente", apuntaron.
También explicaron que los sistemas agrícolas tradicionales, como la milpa, "tienen beneficios en términos de servicios ambientales, pues preservan la biodiversidad (biológica y cultural) y son más resilientes al cambio climático".
Sobre la prohibición gradual de la venta de refrescos en instituciones educativas, en la última década, apuntaron que es una política pública clave "en reducir la adquisición de alimentos ultraprocesados y dañinos para la salud".
Además de Guibrunet y Ortega, también aparecen como coautores Esperanza Arnés Prieto, investigadora del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías en el Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental, y Francisco Mora Ardila, técnico académico del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, ambas de la UNAM.
Fuente: EFE