Incluso si la nueva variante Ómicron es capaz de eludir los anticuerpos, generados por las vacunas o la enfermedad, los Linfocitos T seguirían siendo efectivas para reconocer y atacar a Ómicron. Esa podría ser una de las razones por las cuales los hospitales todavía no están desbordados, pese a la escalada de casos.

Los resultados se desprenden de dos estudios separados realizados por investigadores de las universidades Erasmuns (Países Bajos) y Ciudad del Cabo (Sudáfrica).

Los científicos holandeses analizaron pruebas de 60 trabajadores de la salud vacunados y concluyeron que, si bien la respuesta de sus anticuerpos a la variante Ómicron era más baja o inexistente en comparación con las variantes Beta y Delta, la respuesta de los Linfocitos T se mantuvo prácticamente inalterada.

El estudio del Instituto de Enfermedades Infecciosas y Medicina Molecular de la Universidad de Ciudad del Cabo analizó a pacientes que se habían recuperado de Covid o habían recibido vacunas de Pfizer-BioNTech o de Johnson & Johnson. Los científicos descubrieron que entre el 70% y el 80% de las respuestas de los Linfocitos T que evaluaron resistió la variante Ómicron.

Así, mientras Ómicronlogró evadir los anticuerpos (que actúan precisamente sobre la proteína spike, donde están la mayoría de las mutaciones de la nueva variantes) que son la primera línea de defensa del sistema inmunitario, los Linfocitos T, o células de memoria, lograron neutralizar al virus.

Estos nuevos datos podrían ayudar a explicar por qué la ola de casos de Ómicron no ha provocado hasta ahora un aumento en la mortalidad a pesar que ha generado récord histórico de infecciones en más de 20 países.


Wendy Burgens, una de las autoras del estudio de la Universidad de Ciudad del Cabo, explicó que los Linfocitos T "no pueden evitar que alguien se contagie, pero pueden minimizar el daño que viene después".

Los Linfocitos T son glóbulos blancos que pueden recordar enfermedadespasadas, neutralizar las células infectadas por virus y activar los anticuerpos para preparar las defensas. Se descubrió que personas contagiadas con un coronavirus anterior -responsable del brote chino de SARS en 2003-, todavía seguían generando respuestas de los Linfocitos T 17 años después.