La seguridad será extrema en Roma de cara a las canonizaciones el domingo de los papas Juan Pablo II y de Juan XXIII, ante la oleada de turistas y fieles que asistirán al evento. Así a la gran cantidad de policías que invadirán las calles de la capital italiana, se sumarán drones para el operativo.

“Estamos listos”, destacó el alcalde de Roma, Ignazio Marino, tras una reunión en la que presentó el plan operativo de estos días al “Comité nacional para el orden y la seguridad”, según un cable de Ansa.

Durante las canonizaciones estará prohibido sobrevolar la capital, incluso los vuelos regulares. Las aguas del Río Tiber, que cruza la ciudad, estarán patrulladas por buzos en la parte más cercana a la Santa Sede, desde el Puente Sisto hasta el Puente Umberto I. En el Vaticano y las zonas aledañas, además del centro histórico de Roma, ya son miles los hombres de los diferentes cuerpos de la seguridad, comenzando por la policía, que vigilarán para este evento gigantesco y de gran impacto mundial.

Según las estimaciones, habrá más de 800 mil peregrinos, que serán asistidos, entre otros, por unos 2.700 hombres y mujeres de la Protección Civil italiana, quienes tienen calculado distribuir, por ejemplo, unas 4 millones de botellas de agua mineral.

Una verdadera oleada de gente, entre turistas y peregrinos, que estarán bajo la atenta vigilancia de miles de hombres en uniforme, y en civil, empeñados en el control del territorio, sin contar con las escoltas de las decenas de delegaciones extranjeras que participarán a las canonizaciones.

De aquí al domingo llegarán a los dos aeropuertos internacionales de la ciudad (Fiumicino y Ciampino) unos 60 vuelos charter.

Roma será en otras palabras una vez más el “centro del mundo”. Por esta razón, también los organismos del antiterrorismo de Roma están en alerta, no sólo a través de los cuerpos de inteligencia sino con dos divisiones especializadas (DIGOS y ROS) que monitorean ambientes del integrismo islámico y de las llamadas franjas “antagonistas”, sin dejar de lado eventuales episodios imprevistos por parte de “esquirlas enloquecidas”, afirman los expertos.

La seguridad italiana se está moviendo en dos niveles: la de la calle y la investigativa. En el primer frente serán empleados incluso instrumentos de altísima tecnología, por ejemplo sistemas de control satelital, drones configurados para escenarios urbanos, interceptaciones radio-celulares y amplio uso de jammer (dispositivos ideales para neutralizar también las frecuencias de los telecomandos) que permiten aislar las “zonas rojas” identificadas dentro del territorio vaticano. La atención es muy alta. Los controles de la identidad de las llegadas será realizada en los aeropuertos de Fiumicino y Ciampino, en el puerto de Civitavecchia, en los peajes de las autopistas.

También habrá controles en los terminales de las estructuras de recepción, hoteles, “bed and breakfast”, hostales, casas de vacaciones. Un tercer filtro al azar tendrá lugar sobre personas y equipajes considerados sospechosos.

Habrá también 2 mil cámaras de vigilancia que apuntarán al centro, en la zona de San Pedro y del aledaño barrio de Trastevere. Las estaciones ferroviarias estarán blindadas, al igual que los medios públicos y las estaciones de las líneas metropolitanas, así como los museos.

Durante el fin de semana habrá en Roma 61 delegaciones de 54 países, 19 jefes de estado, 24 premier y 23 ministros. Unos dos mil millones de personas en todo el mundo seguirán el evento por televisión y otros medios.

Cuatro máxi pantallas serán instaladas en la plaza del Popolo, plaza Farnese, Foros Imperiales y via de la Conciliazione, visto que -precisamente a raíz de la muchedumbre- muchos peregrinos no lograrán acercarse a la plaza de San Pedro, cuya Basílica podrá de todos modos ser visitada hasta la una de la madrugada.

AGENCIAS Roma