Matteo Renzi, líder del Partido Demócrata italiano (PD), recibirá hoy el encargo por parte del presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, de formar un gobierno de coalición para poner fin a la crisis tras la dimisión de Enrico Letta, que él mismo forzó.

Renzi, alcalde de Florencia y quien posiblemente será el más joven presidente del Gobierno de la historia de Italia, con 39 años, aceptará con reservas el mandato y realizará durante un par de días consultas con sus futuros aliados para cerrar la coalición y después acudir ante el presidente de la República con su respuesta definitiva y su posible lista de ministros.

El presidente del gobierno y sus ministros tendrán después que acudir al Quirinale para jurar ante la Constitución en presencia del jefe del Estado.

A continuación llegará la fase más delicada, como para cualquier Gobierno haya o no haya salido de las urnas: el voto del Parlamento.

Renzi presentará su discurso programático, que será votado por el Senado y la Cámara de los diputados en sendas sesiones.

Si no hay mayores obstáculos, el juramento de los ministros llegaría el jueves, mientras que a finales de la semana se podría ya concluir la votación parlamentaria.

El joven alcalde debe convencer al Nuevo Centroderecha de Angelino Alfano y a otras fuerzas centristas para darle su apoyo y entrar en el Ejecutivo de coalición.

Mientras que en la Cámara de los diputados, el Ejecutivo de Renzi no tendría problemas para recibir el voto de investidura, en el Senado, el PD cuenta con 107 escaños y la mayoría absoluta es de 161, por lo que son fundamentales los 31 del Nuevo Centroderecha de Alfano, los siete de Elección Cívica y los 12 del grupo Populares Para Italia-UDC, así como el apoyo de otros pequeños grupos.

Analistas coincidieron que la primera de las prioridades del futuro gobierno será aprobar la nueva ley electoral, concebida por Renzi y por Silvio Berlusconi, llamada Italicum que se inspira en la vigente en España.

Pero la ley electoral pasa también por algunas reformas constitucionales como la eliminación del actual bicameralismo al convertir el Senado en una verdadero espacio de representación regional, y con una reducción de 315 a 150 miembros, y todos ellos sin el sueldo.

El Senado tiene que convertirse en una Cámara de las regiones. Imagino un Senado sin sueldos, de 150 personas. De ellos 108 serían alcaldes de capitales, 21 presidentes de regiones y 21 representantes de la sociedad civil, elegidos periódicamente por el jefe del Estado, explicó Renzi hace algunas semanas.

La reducción del número de senadores y otra serie de recortes al costo de la política, como el control y la devolución de algunos gastos a los parlamentarios, son otras de las prioridades de Renzi.

Sobre el problema del desempleo, el exalcalde de Florencia presentó hace algunas semanas un documento que bautizó como Jobs Act y que se inspiraba el nuevo laborismo del exprimer ministro británico Tony Blair.

Entre los puntos principales es la reducción o eliminación de algunos impuestos para aquellas empresas que contraten jóvenes menores de 30 años, pues el desempleo entre los jóvenes de 16 a 25 años toca en Italia 41,6%o.

Otra idea de Renzi espera introducir el llamado cheque universal, una ayuda temporal a los que pierdan el trabajo.

Otro de los temas claves de la policía de Renzi será la lucha contra la burocracia, de las instituciones o los organismos públicos.