

El gobernante Partido de los Trabajadores (PT) evaluó en una nota publicada durante la madrugada del lunes que “el cacerolazo fracasó en su objetivo” y sostuvo que las protestas fueron financiadas por los partidos de la oposición.
Las protestas en San Pablo, Rio de Janeiro, Brasilia, Santa Catarina y Curitiba ocurrieron mientras la presidenta Dilma Rousseff hablaba en cadena de televisión pidiendo paciencia a la población y coraje para enfrentar la corrupción.
“Las manifestaciones que ocurrieron en algunas ciudades brasileñas durante el pronunciamiento de la presidenta Dilma Rousseff fueron orquestadas para impedir el alcance del mensaje, pero fracasaron en sus objetivos”, sostiene la nota del partido de Gobierno.
El PT dijo que “los cacerolazos” realizados por habitantes de barrios de clase media fue movilizado durante el final de semana por medio de las redes sociales, según un seguimiento del PT.
“Circularon clips electrónicos sofisticados en las redes, lo que indica la presencia y el financiamiento de partidos de oposición a esa movilización”, afirmó José Américo. “Pero fue un movimiento restricto que no se amplió como querían sus organizadores”, completó.
El partido evaluó que a pesar de la intensa convocatoria y de las inversiones en la divulgación de la protesta, la movilización no repercutió en las áreas populares y perdió el alcance. Afirmó además que el movimiento convocado a través de las redes sociales tiene vinculaciones con otras reacciones al gobierno, oriundas de sectores que pretenden un golpe contra la actual administración. “Existe una orquestación con sesgo golpista que parte principalmente de los sectores de la burguesía y de la clase media alta”.













