

En el cierre de la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), los líderes de América latina reunidos en La Habana, Cuba, recetaron más integración para apuntalar sus economías y resolver viejas asignaturas pendientes como la desigualdad social, pero mostraron enfoques diferentes sobre el abordaje.
Presidentes con visiones políticas opuestas como el liberal colombiano Juan Manuel Santos y el socialista venezolano Nicolás Maduro celebraron la diversidad y hablaron de una preocupación común: cómo distribuir mejor los frutos del auge económico de la última década.
América Latina ha hecho avances muy importantes, pero el camino que queda por recorrer es más difícil, dijo Santos. Por eso si unimos esfuerzos vamos a ser más efectivos. El crecimiento tiene que ver con la inversión. Quiérase o no, economía que no invierte, economía que no crece, añadió.
La Celac aprobó un documento que declara a la región zona de paz y menciona la creación de un foro Celac-China, en un acercamiento al principal comprador de las materias primas de América Latina y voraz inversor en la región.
La cumbre de la Celac llevó, además, implícito un mensaje al presidente Barack Obama, que pese a prometer un nuevo comienzo con América Latina ha prestado muy poca atención a la región.
En la reunión de La Habana participó como invitado el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, el primer jefe de ese organismo en pisar la isla de gobierno comunista desde su expulsión en 1962 por presiones de la Casa Blanca.
Es un esfuerzo grande que hemos hecho por romper barreras, por permitir que los temas de la región se resuelvan por medio del diálogo, dijo Insulza. En otro espaldarazo a Cuba, la Celac prometió respetar plenamente el derecho inalienable de todo Estado a elegir su sistema político, económico, social y cultural.
En su documento final, la cumbre apoyó también el reclamo de Argentina ante Gran Bretaña por las Islas Malvinas.
Mensaje de Castro a EE.UU.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, fustigó en su discurso a Estados Unidos, por su programa global de espionaje de telecomunicaciones, afirmando que genera preocupación por sus potencialidades para provocar conflictos internacionales y pidió a los mandatarios guardar un minuto de silencio por Chávez, el presidente venezolano fallecido el 5 de marzo, principal impulsor de la Celac.
Luego, la única sesión privada de la cumbre duró más de cinco horas -el doble de lo programado- por desacuerdos en puntos de la declaración, que van desde la lucha contra la pobreza al desarme.
Finalmente, Cuba entregó a Costa Rica la presidencia del organismo. Mucha de nuestra atención debe dirigirse hacia la gran discusión universal sobre desarrollo sostenible y cambio climático, dijo en el plenario la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla.













