

El ex primer ministro italiano y líder del partido Forza Italia, Silvio Berlusconi, es investigado por la Fiscalía de Florencia para esclarecer si tuvo algún tipo de relación con los atentados cometidos por la mafia en el país en 1993.
Berlusconi debe testificar el próximo 3 de octubre en el proceso de apelación que juzga si hubo colaboración en los años noventa entre el Estado y la mafia, pero sus abogados ya han argumentado que no podrá asistir por motivos institucionales.
La Fiscalía florentina, dirigida por el fiscal Giuseppe Creazzo, reabrió esta investigación en 2017 después de recibir de la Fiscalía de Palermo, en Sicilia, grabaciones de conversaciones en la cárcel del jefe de la mafia siciliana, Cosa Nostra, Giuseppe Graviano, en relación con una serie de atentados cometidos por la mafia siciliana en Florencia, Roma y Milán en la década de 1990.
Vínculo con la Cosa Nostra
Berlusconi ha sido en diversas ocasiones relacionado con la mafia y, en el 2009, Gaspare Spatuzza, sicario de los hermanos mafiosos Giuseppe y Filippo Graviano, núcleo duro de la Cosa Nostra, aseguró que existía un vínculo entre Berlusconi y la mafia siciliana en los años 90.
Spatuzza, asesino confeso y arrepentido, dijo entonces que Giuseppe Graviano le había confesado en 1994 que negociaba con Berlusconi un acuerdo electoral entre la mafia y el partido Forza Italia a cambio de la ayuda para resolver sus problemas con la justicia.
Los Graviano se hicieron con el poder de la Cosa Nostra, junto a otros cinco mafiosos, tras el arresto en enero de 1993 del jefe Totò Riina, y decidieron echar un pulso al Estado.
Como resultado de ello, llevaron a cabo sangrientos atentados en 1993 en Florencia, Milán y Roma que dejaron un saldo de 10 muertos y 93 heridos, además de daños en la florentina Galería Uffizi.













