Tras una jornada de arduas negociaciones a contrarreloj, senadores estadounidenses demócratas y republicanos coincidieron ayer en que están cerca de un acuerdo que reabriría las operaciones del Gobierno y retrasaría una posible cesación de pagos en varios meses, aunque aún se mantenían muchos obstáculos antes de la fecha límite de este jueves 17.

El plan bajo consideración suspendería el límite de la deuda hasta el 7 de febrero de 2014 y extendería la financiación del Gobierno hasta el 15 de enero, manteniendo los recortes de gastos generalizados que comenzaron en marzo. También requeriría una conferencia de presupuesto en la Cámara de Representantes y el Senado el 13 de diciembre para tratar la cuestión de fondo, de acuerdo a una fuente del Senado familiarizada con las conversaciones que habló con la agencia Bloomberg bajo condición de anonimato.

Hemos hecho enormes progresos, aseguró Harry Reid, el líder de la mayoría demócrata en el Senado a la prensa. Y agregó que esperaba poder anunciar el acuerdo hoy mismo.

Reid y su contraparte republicano en estas negociaciones, Mitch McConnell, se debían reunir con Obama en la Casa Blanca ayer por la tarde. Pero dado el panorama, ese encuentro fue postergado para dar más tiempo a las negociaciones, según anunció la propia Casa Blanca. A ese encuentro, que sería directamente una señal de que hay acuerdo, asistirán también el jefe de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, y la líder demócrata de la Cámara baja, Nancy Pelosi.

Mi esperanza es que un espíritu de cooperación nos hará avanzar en las próximas horas, dijo Obama ayer, tras visitar una organización de caridad para familias de bajos ingresos donde algunos trabajadores con licencia del gobierno han estado aportando como voluntarios.

Si bien tanto republicanos como demócratas coinciden que una caída en default de Estados Unidos sería gravísimo, durantes estas dos semanas al menos hasta ayer ninguno parecía dispuesto a ceder en sus posiciones. Pero la presión de los mercados aceleró los tiempos.

Este próximo jueves, es decir pasado mañana, es la fecha límite para evitar que el país deje de pagar sus obligaciones de deuda. El cierre parcial del Gobierno federal, en tanto, ya suma 15 días. Ambas cuestiones, que comenzaron por carriles separados, se terminaron fusionando por la negativa del Partido Republicano a aprobar más fondos sin recortar gastos en la reforma de salud, un programa considerado intocable por el gobierno de Obama.

Cualquier acuerdo también deberá obtener la aprobación de la Cámara de Representantes controlada por los republicanos. Allí el panorama es incierto por la presión del Tea Party. Boehner tendría que decidir si permite una votación o realiza cambios.

De todas formas, el acuerdo sobre la mesa no parece resolver las diferencias sobre gastos a largo plazo ni sobre la reforma del sistema de salud de Obama, que fueron los temas que iniciaron la disputa.

Aún así, McConnell se hizo eco de los comentarios de Reid de que se podría lograr pronto un acuerdo.

Comparto su optimismo de que vamos a tener un resultado que será aceptable para ambos lados, aseguró McConnell.

Aunque es posible que el Tesoro tenga suficiente efectivo a mano para cumplir con sus obligaciones más o menos durante una semana, podría verse forzado a pagar una tasa de interés más alta sobre deuda que empiece a emitir a partir del jueves. Los bancos y los mercados de dinero ya están evitando algunos bonos del Tesoro que usualmente son usados para préstamos a corto plazo.