El presidente brasileño Jair Bolsonaro se comió un pancho mientras le gritaban "asesino" por el manejo de la crisis del coronavirus.
En medio de un mitin callejero con sus seguidores, el mandatario abrazó, sacó fotos con sus partidarios y hasta chocó el puño con una niña, mientras desde edificios y en cercanías sonaba un cacerolazo y gritos de repudio.
Fue justo unas horas antes de que vecino país convirtiera en el segundo país con más contagios Covid-19en todo el mundo.













