A quienes usan impresión 3D en el mundo se los llama Hobbistas, porque todavía la práctica se reduce a un conjunto de personas que lo ven casi como un juego y no como la tecnología transformadora que realmente es. Pero algunos, como Iván Tabachnik, siempre se lo tomaron muy en serio. A pesar de sus 20 años, ya fundó Trision, un Marketplace que permite a quienes venden diseños, a quienes los imprimen y a quienes deseen comprarlos, encontrarse en un mismo lugar y pactar un precio. “Queríamos que las personas se reencuentren con el diseño y darles las herramientas de producción a los diseñadores para que puedan vender productos con la misma calidad que en China, sin los costos de inversión y toda la problemática que conlleva la producción masiva , cuenta Tabachnik.  Trision hoy se encarga 100% de las impresoras pero estiman que, a medida que se popularice la herramienta y más gente tenga uno en su casa, se puedan sumar para imprimir los diseños y ellos encargarse exclusivamente del packaging y la distribución.

Aunque todavía centran sus operaciones en Argentina, por la esencia del negocio, tienen capacidad para colocar impresiones en diferentes mercados en el mundo. “Nuestro objetivo es poder establecer una comunidad de diseñadores fuerte en Argentina y de ahí crecer a países de la región y también del mundo .  Para eso, dice, es importante enseñarle a los diseñadores y hobbistas cómo funciona el negocio. “El trabajo artesanal es el principal problema hoy; hay que educar a los diseñadores en nuestra plataforma y en la tecnología de impresión .