

El virus del SARS COV-2 causante de la afección pulmonar de coronavirus disminuye su capacidad de contagios en pacientes inoculados con dosis de refuerzo que se mantienen en entornos cerrados.
Así lo señaló un estudio recientemente publicado en la revista Nature. El análisis llevado a cabo por investigadores norteamericanos evaluó la infecciosidad de las personas encarceladas afectadas por la subvariante Ómicron en prisiones, "escenarios de alto riesgo donde la transmisión es intensa".
"Se analizaron datos de vigilancia del SARS-CoV-2 de 35 prisiones de California, Estados Unidos de América (EE. UU.), entre diciembre de 2021 y mayo de 2022, período que corresponde a los primeros cinco meses de la ola de COVID-19 cuando predominaban las subvariantes BA.1/BA.2 de Ómicron", repasa el texto autoría de Sophia T. Tan, Ada T. Kwan, Isabel Rodríguez-Barraquer, Benjamin J. Singer y cuatro integrantes más del cuerpo pesquisas.

El equipo comparó 273 casos índice no vacunados y 953 casos índice vacunados por la institución dentro de los 30 días y por un puntaje de propensión para recibir los fármacos. Además, emparejaron una media de 3,5 casos índice inoculados con cada caso índice no inoculados, cuyo resultado, en general, arrojó un balance bueno en todos los casos.
COVID 19 y efectividad de las vacunas de refuerzo: qué dice el estudio publicado en Nature
Durante el período de estudio de cinco meses efectuado sobre una población de 111.687 pacientes (97 % hombres), se registraron 22.334 casos confirmados de coronavirus y 31 hospitalizaciones relacionadas con la enfermedad.
Todos aquellos que cumplieron encarcelamiento continuo desde el 1 de abril de 2020, tuvieron contacto cercano en una celda compartida a puerta cerrada y que no dieron positivo en la prueba de COVID-19 en los 90 días anteriores cuando dieron positivo en la prueba de COVID-19 constituyeron un caso índice. De este total, los investigadores identificaron 1226 casos índice durante el período analizado.

Así, el informe insta en la posibilidad de activar una vacunación masiva programada en las prisiones durante las oleadas de COVID-19 para frenar la transmisión viral, acompañada de otras medidas, como la despoblación y la mejora de la ventilación en las cárceles.
"El estudio demostró cómo cada dosis de la vacuna, especialmente los refuerzos, proporcionó una reducción relativa adicional de la infecciosidad. Además, los efectos indirectos de la vacunación contra la COVID-19 ralentizaron la transmisión del SARS-CoV-2, lo que, combinado con sus beneficios directos, destaca la importancia de la vacunación contra la COVID-19", concluyó el equipo de investigación.












