Una estancia abandonada y derrumbada en Florencio Varela esconde un secreto
La casona que supo ser de la familia Martínez de Hoz está completamente descuidada. Cómo es por dentro.
En la amplitud de la provincia de Buenos Aires se esconden terrenos que todavía albergan parte de la historia de nuestro país. Pocos conocen que en Florencio Varela todavía está en pie la Estancia Santo Domingo, cuyo pasado se remonta al 1700 y que, más recientemente, perteneció a la familia Martínez de Hoz.
Quien se aventuró a recorrerla (a pesar de que no está abierta al público) es el youtuber Alexis Ríos, o "Alexis Porque Puedo", creador de contenido que es oriundo de Florencio Varela y que pudo acceder para mostrar el estado en el que se encuentra la antigua casa.
Según pudo recopilar, los primeros en instalarse en ese predio fueron los sacerdotes jesuitas cerca del año 1720.
Luego, estas tierras pasaron a los padres dominicos que fueron quienes le dieron el nombre a la estancia.
Pero en el año 1809 los dominicos le vendieron la propiedad a Don Mariano Pintos que finalmente en 1843 se la vendió a Juan Davidson, uno de los pioneros de la zona cuyo hijo, William Campbell, fue el primer intendente de Florencio Varela.
Según el mito, la familia Davidson organizaba encuentros abajo de un enorme ombú del patio trasero de la propiedad que todavía se puede ver.
El predio está a unos 3 kilómetros de la ruta 2 y cuenta con un casco principal de 3 pisos y otras dependencias que hoy están totalmente tapadas por la vegetación. Además, tiene un área de caballerizas.
En 1948 todas las parcelas se lotearon y la mayor parte la compró la familia Martínez de Hoz. Al parecer, el ministro de economía de la última dictadura militar nunca habría vivido en la estancia, sino que se usaba para fin de semana y cría de caballos. Hasta que en 1985 se vuelven a vender los terrenos que quedaron abandonados hasta la actualidad.
En las imágenes se puede ver cómo los techos y los pisos están totalmente destrozados, hay maderas podridas, revestimientos salidos, graffitis en las paredes y la vegetación entra a la casa. Además, no se puede subir a los pisos superiores porque hay peligro de derrumbe.
Ríos aseguró que habría un proyecto por parte del municipio para declararlo patrimonio histórico.
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