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A poco tiempo de asumir el pontificado, el papa León XIV continúa diferenciándose de su antecesor Francisco, tanto en su estilo como en sus decisiones institucionales.
Esta vez, el pontífice sorprendió con un gesto que marca un giro en la política económica del Vaticano: reactivó un bono que se pagaba a todos los empleados de la Santa Sede y que había sido eliminado por Jorge Bergoglio como parte de su plan de austeridad.
La medida, que recupera una tradición de más de cinco siglos, se complementó con un mensaje dirigido a los jóvenes a través de la red social X :
"Queridos jóvenes, quisiera que todo lo que vivan durante el #JubileoDeLosJóvenes lo conserven siempre en sus corazones. Pero, por favor, que no quede solo como un recuerdo en unas bonitas fotos. Quisiera que todos puedan ver en ustedes el rostro de Cristo.
Por eso, amen y sirvan gratuitamente en lo cotidiano, porque han experimentado el gozo de ser amados primero, y porque todo lo han recibido gratuitamente del Padre Dios", escribió el papa León XIV.
El regreso de una tradición papal suspendida por Francisco
Con un desembolso total de aproximadamente 2,5 millones de euros, el Vaticano otorgó un pago extraordinario de 500 euros a unos 5.000 empleados, incluyendo trabajadores de la Curia Romana, los museos vaticanos, la biblioteca, la farmacia y los medios de comunicación del Estado pontificio.
Esta gratificación, conocida como el "pago de la sede vacante", se entregaba tradicionalmente luego de cada transición papal, pero había sido suprimida durante el pontificado de Francisco, en línea con su política de contención del gasto y despojo de privilegios.
Beneficio durante la sede vacante: cuál fue su impacto
A finales de mayo, los sistemas de recursos humanos del Vaticano reflejaron el bono de 500 euros en los recibos de trabajadores de diversas dependencias. Aunque el papa León XIV no mencionó cifras en público, su agradecimiento fue claro: un gesto discreto, pero con alcance real.













