

En esta noticia
En un discurso contundente y sin rodeos, el papa León XIV alzó la voz contra una de las prácticas más crueles de la guerra moderna: el uso del hambre como herramienta de sometimiento.
Fue durante su participación en la conferencia anual de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), donde el pontífice condenó que el acceso a los alimentos se utilice como estrategia de poder, especialmente en contextos de conflicto armado.
"Actualmente, asistimos desolados al inicuo uso del hambre como arma de guerra. Quemar tierras, robar ganado o bloquear la ayuda humanitaria son tácticas cada vez más utilizadas por grupos armados irregulares.
Mientras los civiles perecen por la miseria, las élites políticas se enriquecen impunemente. Es hora de sancionar estos atropellos y perseguir a los responsables", expresó el papa a través de su cuenta oficial en X, reforzando el mensaje transmitido ante los representantes internacionales.
Leon XIV les apuntó a los líderes mundiales: "Hay que dejar de lado las promesas embaucadoras"
León XIV remarcó que el hambre y la malnutrición siguen siendo tragedias globales, agravadas no solo por la desigual distribución de alimentos, sino también por su manipulación con fines bélicos.
Según alertó, este flagelo se vuelve aún más injustificable cuando se toma conciencia de que el planeta tiene capacidad suficiente para alimentar a toda la población mundial.

Durante su intervención, instó a los líderes mundiales a dejar de lado "las promesas embaucadoras" y asumir compromisos reales que garanticen seguridad alimentaria para los más vulnerables.
El papa apuntó contra los intereses económicos que desvían recursos destinados a la erradicación de la pobreza para invertirlos en la industria armamentística.
"Nunca antes fue tan inaplazable como ahora que nos convirtamos en artesanos de la paz, trabajando por lo que favorece a todos y no solo a unos pocos", advirtió.
La preocupación de León XIV por el cambio climático
León XIV hizo un llamado a abordar con seriedad los efectos del cambio climático sobre la producción de alimentos.
"Sin una acción climática decidida y coordinada, será imposible garantizar sistemas agroalimentarios capaces de alimentar a una población mundial en crecimiento", aseguró.
Para él, no alcanza con producir más: es necesario asegurar que los alimentos lleguen a quienes más los necesitan y que se mantenga un equilibrio sostenible entre el ambiente y las personas.
Su mensaje llega en un contexto global marcado por el aumento de los conflictos, el desplazamiento forzado de comunidades enteras y un escenario geopolítico cada vez más fragmentado.












