

Cuando uno se imagina a un principado europeo lo primero que suele venir a la cabeza son las ciudades estado cómo Mónaco, Andorrao Liechtenstein -las cuales se destacan por sus lujos, riqueza y estabilidad social-, pero existe un microestado con esta misma forma de gobierno que rompe con la idea sobre cómo funcionan estas regiones independientes: el Principado de Sealand.
A diferencia de las espectaculares principados, este "país" al sur del Reino Unido ocupa menos de 100 metros cuadrados en total, mientras que solamente 55 de ellos son habitables. A su vez, el sitio en su totalidad parece abandonado; solamente viven allí cinco personas.
A pesar de esto, el principado de Sealand cuenta con las características necesarias para poder ser considerado un país independiente, razón por la cual está catalogado cómo el más pequeño de todo el planeta. Pero, ¿cómo consiguió independizarse una nación que ocupa un espacio tan pequeño?

LA DISTANCIA IDEAL PARA LA INDEPENDENCIA
Mientras que la lucha por independizar regiones suele ser larga y difícil -como sucedió durante muchos años entre Irlanda y el resto del Reino Unido-, en el caso de Sealand solamente se requirió cumplir con un simple concepto: estar ubicado en aguas internacionales donde los británicos no tendrían injerencia.
El nacimiento de este principado se dio en 1967, cuando el locutor Patrick Roy Bates ocupó el fuerte abandonado de Rough Sands -construido en 1942 a 13 kilómetros de las costas del Reino Unido- para instalar su radio pirata y luego proclamar la independencia del principado -estableciéndose como rey del mismo-.

La plataforma, que cuenta con dos torres principales unidas por un puente que funciona como techo de las mismas, consiguió su primer "reconocimiento internacional" un año después de la ocupación, cuando una corte del Reino Unido se declaró incompetente para resolver un conflicto entre Sealand y la Marina Real Británica debido a que el mismo se dio en aguas internacionales -por fuera de los 5 kilómetros de soberanía que tienen los países según la ley internacional-.
En 1978 se vivió una segunda situación de reconocimiento internacional, cuando el embajador de Alemania se hizo presente en la plataforma con el objetivo de pedir la liberación de un ciudadano alemán que intentó tomar el control de la misma -fracasando en el proceso-.
UN PAÍS EN RUINAS
A pesar de todo eso, a día de hoy el principado pasa por el peor momento en su historia -debido principalmente a que la plataforma ya tiene casi 80 años de antigüedad y no fue mantenida en las mejores condiciones-.
A esto se le suma que la familia de Bates no habita el lugar desde hace ya varios años, funcionando solo cómo un sitio a donde van de visita, mientras que los principales habitantes son cinco encargados que se ocupan de mantener el sitio en el mejor estado posible.
La situación es tal que incluso se cree que los "Reyes de Sealand" todavía mantienen su ciudadanía inglesa a pesar de contar con su propio país "internacionalmente reconocido". A su vez, desde 1978 existe un "gobierno en el exilio de Sealand" que funciona desde Alemania y asegura ser el verdadero dueño de la plataforma -llegando a emitir 150.000 pasaportes "falsos" de dicho país-.













